El Madrid del Ave Fénix

Los blancos murieron para renacer con toda su gloria. La era de Pellegrini debe construir el nuevo Imperio de Florentino. Y ayer se desplegaron las tropas merengues sobre Suiza para comenzar la conquista: la Liga de Campeones. Primer partido y primera victoria: 2-5.

Aunuqe las leyendas siempre están revestidas de mucha pomposidad y escasa veracidad. Seamos más realistas. El Real Madrid viajó a Suiza con todo su armamento futbolístico aunque el rival no se resistió demasiado. En este primer partido de Champions, siendo las circunstancias las que son (la final de esta edición se disputará en el Santiago Bernabéu) convenía que hoy todos los noticiarios mundiales abrieran con la grandeza del nuevo equipo merengue. Puro marketing al más estilo Florentino.

El Real Madrid fue mucho equipo para un Zúrich con pocas cosas. En el fútbol siempre hay margen para la sorpresa. Aunque para eso se exigen unos mínimos. Y el equipo suizo no llegó futbolísticamente ni al suspenso. Pese a marcar dos goles en dos minutos y apretar el marcador en el minuto 70, con un 2-3 engañoso, el Zúrich se dedicó a repartir leña durante noventa minutos (más añadido).

Pellegrini siguió con sus rotaciones. Una estrategia que dadas las fechas en las que estamos, con apenas iniciada la temporada, se asemeja más a una intentona de autoridad profesional en el vestuario que a un plan para dosificar jugadores. Sobre todo porque un servidor no entiende que si, verdaderamente se desea mantener fresco al equipo, se mantenga a Kaká sobre el campo cuando mandas 0-3 en el marcador. Incluso a Xabi Alonso que, curiosamente, en el minuto 55 cayó lesionado del tobillo derecho.

El Real Madrid mandó en la primera parte. La pareja formada por Lass y Xabi pretende acaparar el balón y evitar el dominio del adversario. Se pierde cierta llegada porque no se dispone del último pase de Guti pero el equipo se encuentra más compensado. Y Kaká puede hacer el resto. El brasileño es silencioso pero efectivo. No se adorna pero siempre regatea; no regatea pero siempre se marcha del rival y no se marcha pero siempre llega. Por el momento el primer crack de Florentino está actuando de pastor sobre el resto del rebaño.

Los goles llegaron solos. Cristiano Ronaldo, muy activo, provocó una falta al borde del área y tras retroceder sus cinco pasos y colocarse como un pistolero logró disparar. Buen golpeo del luso que logró despistar al portero del Zúrich con un extraño efecto.

Raúl e Higuaín actuaron de delanteros centro y ambos marcaron. El capitán volvió a estar en el momento preciso para empujar un balón que normalmente nadie empuja. Y el argentino improvisó una jugada personal magnífica para batir por bajo y de balón cruzado al guardameta Leoni.

En un abrir y cerrar de ojos el Real Madrid se ponía 0-3 en el marcador y con los deberes hechos. Y en un abrir y cerrar de ojos ése mismo Madrid tiraba todo por la borda. Sálvese quién pueda. Un penalti (dudoso e injusto) cometido por Casillas y un testarazo dentro del área tras el saque de un córner ponían la emoción en el minuto 70. Otra vez un córner y otra vez una defensa tibia. Todo héroe tiene su particular criptonita y la de los madridistas parece ser la defensa.

El Zúrich quiso hacer la heróica y se estiró. El Real Madrid pasó apuros unos minutos pero con la entrada de Guti todo parecía controlado. El último pase llegaría y el partido quedaría sentenciado. Y así fue. Entre él y Gago (que había sustituido al lesionado Alonso) buscaron a Kaká y a CR y todo se solucionó. El portugués marcó de nuevo, y de falta. Esta vez tras cantada monumental del portero. Y el propio Guti culminó una contra para levantar el balón de suave vaselina y conseguir un golazo de calidad. 2-5 en el marcador y paseo triunfal del Real Madrid.

El equipo blanco deberá medir sus fuerzas contra rivales más dignos que un Zúrich que debió terminar con un par de jugadores menos. Sin embargo fueron los merengues los que terminaron el partido con un carrusel de tarjetas amarillas que pueden pasar su factura.