Little Joy: La formación paralela del batería de The Strokes

Hay discos que directamente gustan, de esos que directamente te empapan con una primera escucha. Otros en los que todos los temas parecen iguales y se convierten en un magma de sonido de fondo en el que no aciertas a distinguir qué tema está sonando. Incluso hay algunos con los que directamente vas pasando las canciones sin que nada llame tu atención y se quedan en una escucha “de pasada”, y de pasada pasan a empolvar la estantería de CD’s y nunca llega el momento de volver a escucharlos. Mal destino, éste.

Binki Shapiro, Rodrigo Amarante y Fabrizio Moretti

Luego hay discos que los pones una vez, te sorprenden, y no puedes dejar de escuchar. Yo no puedo dejar de escuchar a Little Joy. Bueno, sí puedo, pero me cuesta no ponerlo un rato de vez en cuando, sea en la situación que sea. Que ¿por qué?, porque la primera escucha me subió el ánimo, ese buen rollo que esperas que toda primera escucha te de, pero que no siempre se consigue. Recuerdo algo similar con Vampire Weekend. Un sonido fresco, diferente, divertido. Little Joy lo borda en éste, su primer álbum. Que ¿por qué? Porque suenan diferentes, porque parece un disco clásico de rock con toques brasileños, porque se nota el toque de unos músicos curtidos en los escenarios, unos artistas con gustos musicales similares que se juntan para ver qué sale, y sale bien.

Y es que la historia de Little Joy es la de unos músicos que quieren encontrarse. Por un lado Fabrizio Moretti, batería de The Strokes y por otro, Rodrigo Amarante, guitarrista y cantante de Los Hermanos, una banda de rock brasileña que ahora está un poco parada a pesar de haber tocado en el “Just a Fest” de este año, junto a Kraftwerk y Radiohead. En 2006 se juntan en un festival en Lisboa donde tocaban sus respectivas bandas. Charlan, bromean y surge la idea de un proyecto, alejado de la línea musical que lleva cada uno en sus formaciones.

Al año siguiente, Amarante viaja a Los Ángeles para trabajar con Devendra Banhart en el sublime Smokey Rolls Down Thunder Canyon y vuelve a encontrarse con Moretti. Entonces aparece en escena Binki Shapiro, multi-instrumentista y novia de Moretti (no sabemos si antes, durante o después) que termina por tirar del carro y se encierra con ellos a grabar este disco, uno de esos que no tiene por qué cambiarte la vida, pero que sin duda aporta frescura y vitalidad a la escena musical actual. Algún que otro tema que suena a The Strokes, bossas lentas con la suave voz de Shapiro, guitarras acústicas, melodías tranquilas y percusiones bastante sencillas. El disco salió a finales del año pasado y lleva como título el nombre de la banda, que proviene del nombre del bar cercano a la casa donde se recluyeron a componer y grabar, y donde suponemos también habrán pasado una buena parte de tiempo.

Por masquecine