Esto es lo que hay. Y colgó.

Un acercamiento en primera persona a lo que algunos llaman crisis. ¿Buscas piso?

La crisis nos acojona a todos. Cuando enciendes el telediario y escuchas que las inmobiliarias cierran, que los concesionarios no venden coches y que los bancos no dan créditos te sirves otra copa de vino para pasar el mal trago. Miras alrededor de la mesa y ves a tu mujer y a tu familia numerosa (te engañaron con los descuentos que te prometieron) y no te gusta el panorama que rodea a tu gente, ésa por la que has luchado tanto. Pero cuando te adentras un poco en los asuntos: te gusta todavía menos. Servidor es quien no da crédito.

• Buenos días, llamaba para solicitar información sobre un cartel que he visto en la calle sobre el alquiler de un piso.
• Hola. El piso tiene 70 metros cuadrados. 2 dormitorios grandes y uno sencillo. Cocina americana. El precio son 713 euros.
• Bueno, en principio buscaba algo más pequeño. Un piso para una pareja. ¿Podríamos negociar del precio?
• Esto es lo que hay (y colgó...).

El teléfono era de una inmobiliaria. Cuando te ocurren cosas puntuales como estas, esbozas una sonrisa y piensas: "vaya: un currante más que no lleva buena mañana". Pero cuando te sucede en repetidas ocasiones y con distintas inmobiliarias ni sonríes ni piensas. Directamente blasfemas.

Leer el periódico, sólo a veces, nos acerca a la realidad. Lo que no sabemos es a cuál. Pero la calle es la que manda. No hay nada como patearse la Rambla, el Paseo de Gracia, Córçega, Provença y mil calles más. No hay nada como llamar a inmobiliarias situadas en el Eixample, en el barrio Gótico o en el Born. Al norte y al sur, al este y al oeste de Barcelona: todas me han dejado con la boca abierta.

El pelotazo y el ladrillo han provocado el cierre paulatino de muchas inmobiliarias. Comando Actualidad o Callejeros han recurrido mucho a los problemas que está causando la crisis económica en la venta y alquiler de viviendas. Pero yo he tenido otra experiencia.

Los vendedores deberían agudizar el ingenio ante el presunto desequilibrio que hay entre la oferta y la demanda. Si el piso es pequeño debe transformarse en coqueto; si no hay calefacción debe tener una excelente orientación; si es viejo debe ser antiguo y si es nuevo pero sin muchos muebles ha de llamarse 'loft'. Todo ello con la ética por delante, por supuesto, sin engaños y sin humo. Porque si el piso es coqueto, está bien orientado y el propietaro lo ha dispuesto como un 'loft' de última generación pero el cliente busca otra cosa, hay que esforzarse y no simplemente colgar la conversación.

No sé cuántas inmobiliarias hay en Barcelona y no sé si es la tónica general. No intento denunciar nada sino compartir mi experiencia que, tal vez, sirva para alguna reflexión. Y es que durante varios días he conversado con aproximadamente 17 agencias y muchos vendedores. Y nunca he sentido tan pocas ganas de comprar/alquilar un producto. No por este en sí, todo lo contrario, sino fundamentalmente por quien me lo ha ofrecido.

Los vendedores se han dedicado únicamente a ofrecer información sobre el piso por el que se le preguntaba. Tantos metros cuadrados, tantos dormitorios, tal situación y tal precio. ¿Le interesa? - pues mire, yo es que andaba buscando... Lo siento: buenos días (en el mejor de los casos).

¿Qué forma de vender es esta? ¿Qué trato estás dando a un cliente que te va a ingresar una cantidad económica equivalente a un mes de alquiler en concepto de 'honorarios'? El que te ha llamado busca piso: encuéntraselo. Si la vivienda por la que te ha llamado no se adapta a sus necesidades búscala, ofrecele alternativas; conversa con el cliente que la llamada es a cobro revertido.

Cualquier vendedor de El Corte Inglés se esfuerza mucho más por la venta de un pen drive de 7 euros, cualquier chino se parte el culo por encontrar en sus abarrotadas tiendas una sartén de 4 euros.

Si las cosas andan mal tienes dos caminos: dejarte atrapar por la situación o luchar contra esta. Ante la primera solución (que es un problema) no tienes que esforzarte. El lío viene cuando apuestas por arriesgarte. Adaptarse a las circunstancias es el primer paso. Y es que al parecer todas las inmobiliarias consultadas (todas) sólo les interesa un contrato de 12 meses. Supongo que por facilidades/ventajas fiscales (o vaya usted a saber). Cuando hubo vacas gordas todos teníamos que pasar por el aro, ahora que son flacas las tornas deberían ser diferentes. 

Cuidado con los pisos por Internet. Es una manera eficaz de encontrar un primer contacto. Las fotos que poseen algunos anuncios te ayudan a inclinarte. Pero el timo de la estampita te acecha en todo momento. Como en el caso de una página llamada tucasa.com. Es posible que a través de esta inmobiliaria virtual se pueda encontrar piso de manera legal y sin problemas. Pero no es menos cierto que dicha página permite y exhibe el fraude. Hagan la prueba: en pocos pasos se puede comprobrar.

Este fue uno de los pisos por el que me interesé. Creí que estaba ante el chollo del año porque las fotos me parecieron estupendas. Realicé los pasos pertinentes para desvelar el gran secreto. Sabía que algo fallaría porque la ecuación compuesta por las variables zona, precio y piso no me cuadraba. Y en pocas horas recibí un atento correo del supuesto dueño del piso y del presunto estafador. En inglés, por cierto.

En dicha comunicación se presentaba como un Ingeniero que se encontraba en Inglaterra por motivos laborales y que buscaba a alguien que cuidara de su piso durante su ausencia. Únicamente había un problema: el único juego de llaves las tenía él y habría que "arreglar este pequeño inconveniente". En los otros 5 pisos con los que también contacté (y que reunían la misma ecuación que no me cuadraba) coincidía todo. El correo electrónico en inglés, la estancia en Gran Bretaña y el "pequeño inconveniente de las llaves". 

Dicho "inconveniente" se soluciona haciendo un pago al supuesto dueño del piso y presunto estafador. Abonas la cantidad vía comercio electrónico y pagas la novatada. Y ninguna autoridad toma las medidas pertinentes.

Y si decides tratar con un particular, la ruleta rusa se activa. Los hay encantadores y los hay usureros, como los propios inquilinos. Pero cuando te miran a los ojos y te dicen que el precio que han establecido tiene en cuenta las ayudas al alquiler, sigues blasfemando. El Gobierno quiere (con más torpeza que gloria) promocionar la cultura del alquiler y te encuentras con que lo único que se consigue es alimentar la cultura del pelotazo. El casero sube los alquileres y los inquilinos lo pagan. La solución se torna problema cuando esta se concibe de manera precipitada.

La crisis no trae consigo cosas buenas, estamos de acuerdo. Pero algunos efectos se podrían mitigar con el cambio de actitud de determinados sectores. El problema es que dicho cambio cotiza al alza, exige un esfuerzo y nadie garantiza éxito. Lo que pasa es que eso ya lo sabía el que ayer montó un negocio. Los euros le jugaron una mala pasada y olvidó aplicar aquello de "guardar para cuando llegue el invierno".

¿Hay gente que sí guardó y aún así no ha podido con todo este vendaval de malos datos económicos? - sí, por supuesto. Pero que nadie ignore la otra cara de la moneda. Y mi experiencia me ha hecho ser consciente de ambas caras.