EEUU quiere negociar sobre bombas de racimo, pero se opone a su prohibición

Ginebra.-  Estados Unidos se mostró hoy a favor de que se negocie en el seno de la ONU sobre las bombas de racimo, aunque se opuso a su prohibición, en la apertura de la reunión que celebran los Estados signatarios de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCW, en sus siglas en inglés) hasta el día 13.

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(EFE)

Una muestra integrada por 140 siluetas recuerda a los niños asesinados o mutilados a causa de las bombas de racimo frente a la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. Dice: "Yo soy uno de los 3.537 niños conocidos por haber sido muerto o mutilado por una bomba racimo. ¿Quién será el siguiente?".

"Estamos dispuestos a apoyar una decisión sobre el lanzamiento de negociaciones sobre las bombas de racimo", declaró el delegado estadounidense Ronald Bettauer, aunque agregó que su país se opone a que estas armas sean prohibidas.

Está previsto que en esta sesión los Estados signatarios tomen una decisión sobre la posibilidad de diseñar un instrumento legal vinculante para reducir el impacto de las bombas de racimo.

Por esa razón, el Grupo de Expertos Gubernamentales (GGE) presentará un informe que recoge los distintos aspectos de este tipo de armamento, como el impacto humanitario o cuestiones técnicas y legales sobre las submuniciones.

Las bombas de fragmentación son proyectiles de alta tecnología dotados de un contenedor que se abre en el aire para liberar cientos de bombas más pequeñas, que pueden recorrer largas distancias sin un rumbo predeterminado y que no siempre explotan al impactar, por lo que se convierten en un peligro para la población civil.

El pasado febrero, cuarenta y seis países se comprometieron en Oslo a impulsar en 2008 la prohibición mundial del uso, venta y producción de las bombas de racimo, así como a ayudar en la limpieza de las zonas afectadas y en la destrucción de las existencias.

Entre esos países no se encuentra EEUU, que hoy alegó que "hay que encontrar un equilibrio entre las consideraciones humanitarias y militares".

Sin embargo, EEUU se opone a la prohibición total de esas armas, ya que, según apuntó Bettauer, son "legítimas, mientras se empleen de forma apropiada y de acuerdo con el derecho humanitario internacional".

Además, añadió, "en muchos casos las bombas de submuniciones provocan menos daños colaterales que otras armas utilizadas para el mismo tipo de misión".

En ese sentido, Bettauer afirmó que, "si las bombas de racimo estuvieran prohibidas o su uso estuviera limitado de forma irracional, eso nos forzaría a disparar más proyectiles para alcanzar los mismos objetivos, lo que provocaría un mayor número de víctimas civiles y daños en las infraestructuras".

Coincidiendo con la reunión, la ONG Handicap Internacional instaló esta semana, frente a la entrada principal de la ONU, 140 siluetas de niños para recordar la amenaza que representan las bombas de fragmentación para la sociedad civil.