Sarkozy, ovacionado en el Congreso, resucita la vieja amistad transatlántica

Washington.-  El presidente francés, Nicolas Sarkozy, puso hoy en pie al Congreso estadounidense con su defensa de la vieja amistad entre los dos países que, según dijo, sigue viva y más fuerte que nunca, pese a los "momentos difíciles" vividos recientemente.

"Francia es amiga de los Estados Unidos. Siempre lo ha sido y lo será. Incluso en los momentos complicados, de desacuerdos, hemos trabajado codo a codo", dijo Sarkozy, quien reconoció que esta afirmación ha sido siempre difícil de pronunciar para un presidente francés.

Con estas frases, que fueron ovacionadas varias veces por los legisladores, el presidente galo pasó página a la difícil etapa que vivieron los dos países por la guerra de Irak, y que se intensificó por la falta de sintonía entre su predecesor, Jacques Chirac, y George W. Bush.

Sarkozy ha abierto con su visita, por tanto, un nuevo capítulo en las relaciones entre los dos países, mucho más amigable e intenso, como lo fueron en otros momentos claves de la historia, como la II Guerra Mundial, o la Guerra de Independencia estadounidense.

El discurso del presidente francés tuvo muchas referencias históricas, pero ninguna al conflicto de Irak, aunque sí estuvo presente cuando habló de los momentos difíciles que han atravesado las relaciones de los dos países.

Lejos de reconocer las tiranteces de los últimos años, Sarkozy dijo que estos momentos "complicados, de desacuerdos", en lugar de desmoronar la alianza, ha servido como un "lecho de roca" para afianzar la amistad.

"Queremos ser amigos, aliados, socios de Estados Unidos, pero unos aliados independientes, unos socios con libertad, porque precisamente éstos son los valores que defendemos los dos países", apuntó.

El presidente relató los intereses comunes que mantienen ambos países en el panorama internacional, como es el intento de que Irán abandone su programa nuclear, que Kosovo logre la independencia de Serbia, y que Israel y los palestinos alcancen la paz.

También habló de la guerra de Afganistán, en la que Francia entró aleccionada por el horror que supusieron los atentados del 11 de septiembre del 2001, fecha en la que, dijo, "toda Francia se sintió como Estados Unidos".

Pero el eje de todo el discurso del presidente fue la admiración que profesa a Estados Unidos él mismo y la gente de su generación, especialmente porque proceden de la II Guerra Mundial, en la que EE.UU. actuó en Europa como aliado liberador.

"América (EE.UU.) nos liberó, y por eso Europa tiene una deuda con Estados Unidos que durará eternamente", aseguró en medio de una gran ovación de congresistas.

"La gratitud de Francia será eterna, especialmente para la gente de mi generación", indicó Sarkozy.

En otros momentos desveló su admiración hacia la cultura y la forma de ser del pueblo estadounidense, aspecto conocido ya en Francia, donde le han puesto el apodo de "Sarkozy, l'Americain".

"Elvis Presley, Marilyn Monroe, John Wayne, Rita Hayworth... son iconos universales de la cultura americana", dijo Sarkozy, quien también tuvo palabras para elogiar el carácter emprendedor de los estadounidenses y los valores que defendieron personalidades como Martin Luther King.

Con su intervención de hoy, son nueve los presidentes franceses que han hablado ante el Congreso estadounidense, si bien han pasado once años desde la última ocasión, cuando Jacques Chirac hizo lo mismo, durante la presidencia de Bill Clinton.