El aislamiento existencial y el paso del tiempo llegan a una apática Trieste

Trieste (Italia).-  El aislamiento existencial y el paso inexorable del tiempo son los ambiciosos temas examinados en dos filmes proyectados hoy en el Festival de Cine Latino Americano de Trieste, ciudad centroeuropea que este año se muestra un tanto apática ante el evento, a juzgar por la escasez de público.

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(EFE)

El aislamiento existencial y el paso inexorable del tiempo son los argumentos de "Dos abrazos" y "El Arbol", proyectados hoy en el Festival de Cine Latino Americano de Trieste. En la imagen, el actor Jorge Zárate, el director Enrique Begne y las actrices Ximena Xariñana y Maya Zapata, durante la presentación de "Dos Abrazos" en México.

Los dos filmes presentados son "Dos abrazos", del cineasta mexicano Enrique Begne, y "El árbol", del argentino Gustavo Fontán, ambos en concurso.

"Dos abrazos" cuenta dos historias, la de un muchacho en la pubertad, Paco, interpretado por Jorge Zarate, enamorado de una cajera de supermercado, Silvina, encarnada por Maya Zapata, y la de un taxista, Joaquín, a quien da vida Giovanni Florido, que entra en contacto con Laura, Ximena Sariñana, hija de un corredor de apuestas de ciudad de México.

A través de las dos historias, Begne trata de examinar el alma humana mostrando como las relaciones entre padres e hijos y la ausencia de amor y de cariño pueden llevar un aislamiento existencial.

El abandono de los hijos por padres más preocupados de sí mismos que de ellos produce seres incapaces de comunicar sus sentimientos aún cuando es lo que más están deseando.

Sólo entre iguales puede llegar a romperse esa cadena de aislamiento existencial, una ruptura a la que se llega en la catarsis de un abrazo.

Begne, de cuarenta años, estudió en el Centro de Capacitación Cinematográfica de México y filmó su primer documental "Pero se sigue viviendo" en 1990, premiado en los festivales de cine independiente de México, Canadá y Francia.

Después derivó su carrera hacia la publicidad, donde también ha tenido varios reconocimientos, hasta que ha vuelto al cine con "Dos abrazos", que es su opera prima en ficción.

"El árbol" se ocupa de otro asunto no menos agobiante, el del paso del tiempo, simbolizado en dos acacias erguidas frente a la casa de Mary, representada por María Merlino, y Julio, encarnado por Julio Fontán, ambos padres del director.

La película, rodada durante un año y medio, queriendo reconstruir fielmente el paso del tiempo, enseña las dos acacias, ya muy viejas y cuyas ramas están tan unidas que les hace parecer una sola.

Cuando llega la primavera las ramas florecen sin que tampoco sea posible distinguir a cual de los dos árboles pertenecen.

A partir de ahí, Mary habla de la posibilidad de que una de las acacias esté seca, por lo que haría falta cortarla, mientras Julio, que plantó ese árbol cuando nació uno de sus hijo, se niega a creerlo y continúa a regarlo.

La película se desarrolla con planos muy cortos en los que se ven las piernas de los personajes, los troncos de los árboles y las paredes de una casa de más de cien años, para mostrar la vida, la muerte y la esperanza.

Gustavo Fontán nació en 1960 y estudió filosofía, primero, y cine después. Ha escrito obras de teatro y cuentos. Su último trabajo, "La costa errante" (2006) fue rodado en España y ha puesto su firma también a "Ritos de paso" (1997); "Donde cae el sol" (1999) y "Marechal o la batalla de los ángeles" (2001).

Dentro del llamado "Salón España", hoy se ha proyectado el cortometraje "En el hoyo", del español David Martín de los Santos (2006), premiado en diferentes festivales.