La perspectiva de desaceleración económica mantiene el crudo Texas cerca de 96 dólares

Nueva York.-  La preocupación de los inversores por la capacidad de suministro de carburantes en Estados Unidos se mantenía neutralizada hoy por la perspectiva de una ralentización económica, lo que permitió que a media sesión el crudo permaneciera estable cerca de los 96 dólares.

ampliar foto

(EFE)

Las reservas de gasolina cayeron en 800.000 barriles, hasta los 194,3 millones de barriles, un 0,4 por ciento menos que en la semana anterior y un 5 por ciento menos que hace un año.

Los contratos de futuros del barril de petróleo de Texas en el Mercado de Valores de Nueva York abrieron la última sesión de la semana con ligeras oscilaciones respecto a los 95,46 dólares a los que cerró el jueves, aunque llegaron a bajar hasta los 94,54 dólares.

Durante esta semana, el crudo se ha anotado dos sesiones de subidas, la segunda de ellas hasta un máximo histórico de 96,7 dólares, y otras dos de bajada.

En la media sesión de hoy, el precio del barril de referencia en EE.UU. se mantenía en 96 dólares, ligeramente impulsado al alza por los constantes temores de los inversores de que la oferta de crudo y carburantes no será suficiente para atender sin tensión de precios la demanda de los meses fríos en el país.

El cierre de una refinería en Texas y la reducción de la producción en cerca de medio millón de barriles diarios en el Mar del Norte alimentan esos temores, al igual que el anuncio el pasado miércoles de que las reservas de crudo en EE.UU. habían caído en 800.000 barriles, lo que supone un descenso del 8 por ciento respecto a un año antes.

Además, las reservas de gasolina cayeron en 800.000 barriles, hasta los 194,3 millones de barriles, un 0,4 por ciento menos que en la semana anterior y un 5 por ciento menos que hace un año.

Sin embargo, en cuanto los inversores se percataron de que la bajada de las existencias de carburantes era muy inferior a lo que se esperaba (cerca de la mitad), sus ánimos se fueron templando.

También ayudaron las declaraciones del jueves del presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Ben Bernanke, de que el crecimiento económico se va a "desacelerar sensiblemente" en el último tramo del año y que el mercado inmobiliario se enfriará aún más.

Una desaceleración económica tiende a reducir la demanda energética, lo que rebaja la tensión sobre los precios del crudo y los carburantes.

Así, con los inversores dubitativos sobre la evolución de la demanda futura de petróleo, los contratos de futuro se cambiaban a media sesión a 96 dólares, 44 centavos por encima del cierre del jueves.