La selección española volvió a llenar el Estadio de Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria.-  El poder de convocatoria de la selección española de fútbol volvió a quedar patente hoy en un Estadio de Gran Canaria que, con motivo del último encuentro clasificatorio de la Eurocopa 2008, ante Irlanda del Norte, volvió a llenar sus asientos.

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(EFE)

Dos aficionados de la selección de Irlanda del Norte y de España se dan la mano antes de dirigirse al estadio de Gran Canaria.

Ésta ha sido la segunda vez que el recinto deportivo referente de la isla ha estado a punto de cerrar sus taquillas y, en la primera, en agosto de 2004, también fue el combinado que entrena Luis Aragonés un inmejorable reclamo, entonces con un amistoso contra Venezuela.

En aquella ocasión, el debut de Aragonés al frente del conjunto español se saldó con un triunfo por la mínima (3-2), y la firme promesa de que la isla acogería un encuentro oficial de la selección, ya que el único antecedente de un clasificatorio se remontaba a octubre de 1972, cuando España empató a dos con Yugoslavia.

Antes del comienzo del choque, los aficionados disfrutaron con una exhibición de deportes autóctonos, especialmente con las modalidades de lucha canaria, levantamiento del arado y juego del palo.

Luego, con David Silva como ídolo de la afición grancanaria, la "roja" se vio muy arropada desde el pitido inicial, con las gradas repletas de banderas y constantes muestras de cariño para todos los futbolistas españoles, en especial con el debutante Dani Güiza.

Previo al choque y con los himnos, una gran bandera española acompañó a una pancarta gigante con el lema "Ser español ya no es una excusa, es una responsabilidad".

Por su parte, la parroquia norirlandesa también de dejó oír. Primero llenó de colorido el paseo de la playa de Las Canteras y buena parte de los puntos turísticos y comerciales de la ciudad, y durante el partido, en número próximo a cuatro mil se desgañitó para que los jugadores de Nigel Worthington se sintieran respaldados en la última oportunidad para acudir a la Eurocopa 2008.

La afición de Irlanda del Norte se comportó con exquisita deportividad en los prolegómenos del choque, intervino con la actividades paralelas establecidas en los aledaños del Estadio de Gran Canaria, y desde la grada curva empujó decididamente a los suyos para buscar un segundo triunfo ante España.