Irak será un estado talibán si EEUU se va, según su director de la Biblioteca Nacional

Madrid.-  El director de la Biblioteca y del Archivo Nacional iraquí, Saad Eskander, defendió hoy en Madrid la presencia militar estadounidense en su país como "la única garantía" de que Irak no se convertirá en un Estado de corte fundamentalista.

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(EFE)

El director de la Biblioteca Nacional de Irak, Saad Eskander, quien participa en las IX Jornadas de Gestión de la Información, organizadas en la Biblioteca Nacional por la Asociación Española de Documentación e Información.

"Los estadounidenses son la única garantía de que Irak no se convierta en un Estado talibán", dijo Eskander en declaraciones a Efe, en las que denunció que en Irak los grupos religiosos extremistas han ahogado lo que quedaba de expresión social laica.

Eskander, que pronunció una conferencia en la Biblioteca Nacional española tras su gira por EEUU en busca de apoyos para recuperar el patrimonio cultural iraquí, fue muy gráfico al explicar qué ocurrirá si Washington decide retirar sus tropas.

"Si los estadounidenses se van, a la gente como a mi nos pegarán un tiro", dijo el director de la Biblioteca Nacional de Bagdad, una institución que sufrió el saqueo y la destrucción de importantes fondos documentales e históricos durante la invasión de 2003 y en los meses posteriores a la caída de Sadam Husein.

Eskander denunció esta situación en su blog "Diario de Irak", que es un reflejo de la situación de una sociedad que, tras la dictadura de Sadam y la guerra, se ha convertido en caldo de cultivo para el extremismo religioso, alentado desde fuera por Irán y Arabia Saudí.

"Las fuerzas laicas y democráticas son muy débiles, y los extremistas son muy fuertes. Si no cambian las cosas dominarán Irak", aseguró Eskander, quien alertó contra la tentación que ve en Occidente de pensar que una salida de EEUU acabará con el problema.

En su opinión, "no se trata de decir 'hasta luego Bagdad' esperando que todo se solucione. No. Tendremos una matanza a gran escala en las calles y la gente como yo se tendrá que ir".

"La gente se olvida de que la única fuerza que puede prevenir esto son los estadounidenses, nos guste o no", añadió Eskander, quien subrayó "nosotros (las fuerzas laicas) somos débiles y no podríamos llenar el vacío político" que dejaría la salida estadounidense.

Sería la oportunidad perfecta, argumentó, para los extremistas chiíes y suníes que apoyan respectivamente Irán y Arabia Saudí, que "disponen de millones y millones de dólares para sus actividades, tienen armas y reciben un importante apoyo popular".

Eskander explicó que la relativa estabilidad que garantizan las tropas estadounidenses debe mantenerse especialmente ahora, porque desde septiembre se ha producido un significativo descenso de la violencia, que achacó "a la saturación que hay en la gente".

Según aseguró, el grado de violencia es muy superior al que reflejan los medios occidentales, que se enteran de cuando explota un coche bomba en zonas urbanas, pero no tienen conocimiento de los numerosos asesinatos selectivos que se producen cada día.

"Ese es el miedo de los iraquíes, no el de las bombas", manifestó Eskander, quien, pese a haberse declarado laico públicamente y a que ha perdido asesinados a colaboradores de la Biblioteca, renuncia a tomar medidas especiales de seguridad.

"No sirven para nada. La mejor medida es no llevar protección. Podría disponer de ella, pero no lo hago, porque los grupos que te ponen en el punto de mira para asesinarte o secuestrarte aciertan en un 99 por ciento de las oportunidades", dijo.

Como historiador e intelectual, su principal dolor es que sus compatriotas "han perdido el interés en la cultura", porque tienen otras preocupaciones relacionadas con la mera supervivencia.

"El iraquí de los años 70 era un ciudadano al que le gustaba leer un libro. El iraquí de después de la invasión no quiere leer, quiere escuchar mensajes simples y que le gusten, y eso es aprovechado por quienes utilizan a Dios para explicar y justificar todo", indicó.

Mientras, trabaja en tratar de reconstruir y unificar los fondos de la Biblioteca y el Archivo Nacional, muchos de los cuales están en manos estadounidenses, como la totalidad del archivo nacional judío de Irak, que hoy está en el estado de Maryland.