Oficialistas siguen recluidos en un cuartel para aprobar la constitución de Morales

Sucre (Bolivia).-  La mayoría oficialista de la Asamblea Constituyente boliviana sigue recluida hoy en un colegio militar de Sucre, por segundo día, sin la oposición y en medio de disturbios, y espera aprobar este fin de semana, en primer debate, el proyecto de nueva Carta Magna del presidente Evo Morales.

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(EFE)

La Asamblea Constituyente reanudo ayer su sesión en el Liceo Militar de la ciudad de Sucre.

A primeras horas de este sábado 147 constituyentes, de los 255 elegidos en 2006, continuaron las deliberaciones reanudadas el viernes, tras más de tres meses de inactividad.

Roberto Aguilar, vicepresidente de la Asamblea y militante del partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), confirmó que hoy se analizan los informes presentados por las comisiones del foro que estudiaron los diferentes capítulos de la nueva Carta Magna.

El oficialismo pretende aprobar entre hoy y mañana el proyecto constitucional "en grande", mientras la oposición estudia cómo responde al golpe de mano de los partidarios de Morales.

Aguilar explicó a medios informativos locales que los constituyentes oficialistas, que modificaron ayer el reglamento de debates de la Asamblea, solo necesitan ahora "diez días" para aprobar también "en detalle" cada uno de los artículos.

Por su parte, el constituyente José Antonio Aruquipa, de la mayor alianza opositora, Poder Democrático y Social (Podemos, derecha), declaró a Efe que su partido está "evaluando el gravísimo atentado contra la legitimidad de la Asamblea".

Aruquipa agregó que Podemos estudia cómo responder al "quebrantamiento" oficialista de la ley de convocatoria de la Constituyente y del reglamento de debates.

A la Asamblea le quedan tres semanas de plazo para entregar la nueva Carta Magna, después de que en los últimos quince meses no ha aprobado ni una sola línea del texto.

La sureña Sucre, tras casi 24 horas de choques entre policías y universitarios que dejaron más de 50 heridos y lesionados, amaneció hoy en calma tensa, pendiente de la evolución de las deliberaciones en el liceo militar, situado a unos seis kilómetros del centro.

La tranquilidad fue rota en la mañana por pequeñas marchas de jóvenes armados con palos, mientras los comerciantes cerraban las puertas de sus establecimientos por miedo a los saqueos.

Se mantienen algunas barricadas y fogatas en calles del centro de la ciudad, custodiadas por muy pocas personas, algunas ebrias.

Corresponsales de Efe vieron a un estudiante que intentaba comprar sin éxito una escopeta de balines en un comercio, cuyo dueño explicó que no han sido pocos los que en los últimos días le han preguntado si tiene bayonetas u otro tipo de armas.

Al mediodía, cientos de universitarios comenzaron a descender desde el centro hacia el liceo militar, que permanece custodiado por varios cordones de policías, militares y simpatizantes de Morales.

En la Plaza 25 de mayo, la principal de la ciudad, se concentraron grupos de personas que coreaban consignas contra Morales y en favor del reclamo de Sucre que motiva los incidentes: su deseo de ser capital efectiva y no solo oficial de Bolivia.

Los líderes de Sucre piden que el Gobierno y el parlamento, que están en La Paz desde 1899, vuelvan a su ciudad.

Los sucrenses y la oposición califican de ilegal la sesión de la mayoría oficialista por celebrarse en un cuartel militar, por violar supuestamente el reglamento del foro y por la agenda programada, que no incluyó el reclamo de la capital.

Según medios informativos locales, el presidente del Comité Interinstitucional de Sucre, el rector universitario Jaime Barrón, pidió a la Iglesia Católica que medie en el conflicto y llamó a los manifestantes a "replegarse".

También David Sánchez, gobernador del departamento de Chuquisaca, cuya capital es Sucre, instó al repliegue de los jóvenes, pues cree que se están jugando la vida, porque los militares que custodian el liceo pueden responder con balas y no con gases lacrimógenos, como hizo la policía el viernes.

Entre tanto, los gobernadores y dirigentes cívicos de los departamentos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, todos opositores a Morales, se reunieron en las últimas horas a puerta cerrada en la capital homónima de la primera de esas regiones, para evaluar la conflictiva situación que vive Bolivia.

También en Santa Cruz, la ciudad más rica del país y feudo de la oposición, unas 200 personas cercaron el viernes una oficina de la petrolera estatal YPFB, en protesta por la escasez de gasóleo, mientras otro grupo bloqueó el acceso a un edificio estatal y lanzó gritos contra el Gobierno.