Calvo Poyato dice que "La Historia tiene un rasgo de masculinidad muy importante"

Sevilla.-  El escritor y antiguo dirigente del Partido Andalucista José Calvo Poyato ha lamentado que la Historia tenga "un rasgo de masculinidad muy importante", por el cuál ha ensalzado a los hombres y ha condenado a la leyenda negra a las mujeres relevantes.

(EFE)

Imagen de febrero de 2007 del escritor andaluz José Calvo Poyato.

Es el caso de Caterina Sforza, miembro de una de las familias más importantes del Renacimiento italiano cuya biografía, "si hubiera sido hombre, sería tan conocida como la de las grandes figuras de esta época".

Sobre esta mujer ha escrito Poyato su última novela, "La dama del dragón" (Plaza&Janes), que recoge la vida de una "mujer del Renacimiento que rompía todos los esquemas" y que, entre otras cosas, lideró numerosas veces a su ejército al frente de las batallas contra la nobleza, especialmente contra los Borgia, y que fue una apasionada de la alquimia y la experimentación con plantas.

Caterina Sforza (1463-1509) despertó la admiración en su época por controlar ciudades estratégicas, como Imola y Forlì, y por enfrentarse al Ejército francés de Luis XII, cuando penetró con 40.000 soldados por el norte de Italia.

Negoció con Maquiavelo, que representaba al Gobierno de Florencia, y trabó amistad con Leonardo Da Vinci, que la asesoró para mejorar las defensas de su fortaleza en Forlì y con quien compartía "el amor por el conocimiento".

"La dama del dragón", titulada así por el animal mitológico que que ornamentaba el escudo de la familia Sforza y que simbolizaba la fortaleza, era una mujer "vehemente, que sólo veía en blanco y negro y que actuaba según esta perspectiva", ha asegurado Calvo Poyato, quien ha negado que se tratara de un personaje "calculador o maquiavélico".

Tuvo siete hijos de tres matrimonios diferentes, el último de los cuáles lo contrajo con Giovanni de Médicis en secreto debido a la susceptibilidad que dicha unión provocaba en el resto de familias poderosas de los estados italianos, que veían en peligro el "débil equilibrio del tablero de damas que era Italia en el Renacimiento".

"Lo que nadie tuvo en su día en cuenta acerca de esta unión es que se hizo por amor, y no por conveniencia política", ha señalado el escritor, que también es catedrático de Historia.

Entre las anécdotas que se les atribuyen a Caterina Sforzia destaca la que protagonizó en la fortaleza de Ravaldino, asediada por sus enemigos, los cuáles habían tomado presos a sus dos hijos y amenazaban con matarlos si no rendía el castillo.

Esta mujer se subió a las murallas y subiéndose la falda exclamó "aquí está la fábrica para hacer más", ha explicado Calvo Poyato, quien ha comparado la escena con la leyenda de Guzmán el Bueno, que ante la misma situación ofreció un puñal al adversario para que ejecutara sus hijos y que, sin embargo, fue considerado por ello un héroe.

A Caterina este hecho, entre otros, le valió sobrenombres como el de "la vampiresa de la Romaña", algo que el autor de "La dama de hierro" ha considerado "muy injusto".