El parlamento suizo elige un Gobierno con la duda de si lo integrará el xenófobo Blocher

Ginebra.-  La otrora calma elección de los ministros que conforman el Gobierno suizo se convirtió hoy en una jornada de sorpresas que acabó con el aplazamiento del proceso hasta mañana, mientras se mantiene la incógnita sobre la designación del xenófobo Christoph Blocher como miembro del gabinete.

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(EFE)

El consjero federal suizo Pascal Couchepin después de las elecciones del Consejo Federal en la Asamblea Nacional en Berna, Suiza, hoy miércoles 12 de diciembre. Couchepin ha sido elegido como nuevo presidente Federal a partir del 2008.

Los 246 diputados que componen las dos cámaras legislativas suizas debían hoy escoger a los 7 miembros que forman el Consejo Federal, el órgano ejecutivo helvético.

Uno por uno y por orden de antigüedad, los legisladores reeligieron a los ministros que formaron parte del gabinete durante esta legislatura, pero cuando llegó el turno de votar por Blocher, los diputados de izquierda y los democristianos lograron vencer al resto de partidos y arrebatar el escaño al ministro de la Unión Democrática de Centro (UDC) tachado de racista por la mayoría del arco político.

Los diputados, sin embargo, votaron a favor de otra legisladora de la UDC, Eveline Widmer-Schlumpf, consejera de Estado y situada mucho más al centro que Blocher.

Durante más de dos horas se esperó a que Widmer-Schlumpf dijera si aceptaba o no el cargo. Finalmente, la legisladora anunció que se tomaría un día para reflexionar, es decir, hasta mañana jueves.

Diversos analistas y comentarias periodísticos helvéticos señalaron las presiones a las que deberá hacer frente Widmer-Schlumpf por parte de la cúpula de su propio partido, que ha reiterado que abandonarían el gobierno colegiado y pasarían a la oposición en caso de que sus dos ministros no fueran reelegidos.

La incógnita reside en si el otro ministro de la UDC reelegido hoy, Samuel Smicht, que en múltiples ocasiones ha demostrado ser mucho más tolerante y abierto al consenso que Blocher, aceptará retirarse del Ejecutivo.

En caso de que la UDC salga del gabinete, finalizaría la llamada "fórmula mágica" que ha regido el país desde hace más de 70 años y que establece que todos los partidos mayoritarios estén representados en el gabinete.

Durante 50 años, el Partido Socialista (PS), el Partido Democristiano (PDC) y el Partido Radical (PRD) coparon cada uno dos de los siete puestos del Consejo y la UDC el séptimo restante.

El sistema se quebró en el 2003 cuando, apoyado por el peso de las urnas, que le habían posicionado como el partido más votado de Suiza, la UDC desplazó a un ministro democristiano y Blocher obtuvo su puesto.

Le han seguido cuatro años de polémicas iniciativas "blocherianas", muchas de ellas tachadas de racistas y xenófobas no sólo por sus oponentes políticos, sino por la mayoría de las organizaciones sociales del país y hasta por relatores de Derechos Humanos de la ONU.

No obstante, en las pasadas elecciones generales del 21 de octubre, la UDC obtuvo el 28,9 por ciento de los sufragios y revalidó el título de fuerza más votada del país.

Es por ello que casi nadie ponía en duda el hecho de que la UDC mantuviera dos puestos en el gabinete, aunque muchos esperaban que Blocher no fuera reelegido.

"El resultado (de Blocher) muestra que el Parlamento pide un consejero federal que no sea al mismo tiempo líder o demasiado cercano de su partido y que de prioridad al país y no a su ideología", dijo el radical Pascal Couchepin, reelegido ministro y, además, presidente de turno para el 2007.

Las palabras de Couchepin reflejan el sentir de muchos, que durante toda la legislatura rechazaron la posición de Blocher, que antepuso sus posicionamientos ideológicos al consenso gubernamental.

En Suiza la presidencia de la República es rotativa, dura un año y la ostentan los ministros.

Además de Couchepin y Schmid, fueron reelegidos hoy los socialistas Moritz Leuenberger, y Micheline Calmy-Rey, el radical Hans-Rudolf Merz, y la democristiana Doris Leuthard.

Asimismo, fue elegida Canciller de la República -figura equivalente a un gerente de una empresa privada- la democristiana Corina Casanova, que superó con creces a sus rivales de la UDC y el PRD.

Queda pendiente la elección del vicepresidente, puesto que hubiera ocupado Blocher de haber sido elegido y que ocupará Merz si permanece Widmer-Schlumpf.