El cineasta Pere Portabella reflexiona sobre Europa a través de un viaje por la música de Bach

Barcelona.-  El veterano cineasta Pere Portabella reflexiona sobre Europa en su última película, "El silencio antes de Bach", a partir de la música del compositor alemán Johann Sebastian Bach, un icono "culto y popular a la vez" aceptado por todos, ha comentado el realizador.

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(EFE)

El cineasta Pere Portabella (en la imagen) ha presentado su última película, "El silencio antes de Bach", en la que reflexiona sobre Europa a partir de la música del compositor alemán Johann Sebastian Bach.

"Bach es un icono de referencia, un clásico con el que nadie se mete desde que en el siglo XIX fue consensuado por todos los críticos y analistas", ha afirmado el director, quien también ha destacado el peso que ocupa Europa en la película: "Hemos creado grandes cosas, pero también se han alcanzado cotas muy altas de barbarie que no se pueden ignorar".

Portabella ha señalado que "el cine tiene la virtud de que con una banda sonora puedes colocar al espectador en un sitio que no ve, sin necesidad de utilizar la verborrea, y por tanto, con la implicación del público".

El productor de filmes como "Los golfos" (1959), de Carlos Saura, "El cochecito" (1960), de Marco Ferreri, o "Viridiana", de Luis Buñuel, y director de propuestas de riesgo como "Vampir" (1970), "Informe general" (1976) o "Puente de Varsovia" (1989), piensa que "es difícil intentar vivir sin cierta cuota de riesgo".

Y añade: "si pretendes cambiar los factores canónicos, en este caso del cine, la aventura sin riesgo no es aventura".

Precisamente, alguno de los momentos más oníricos del filme, como el concierto de violonchelos en un metro vacío en Dresde o el recital de los niños cantores en el que interpretan a las órdenes de Mendelssohn la "Pasión según San Mateo", son algunas de las escenas en las que el público se emociona con más facilidad, asegura Portabella.

Preguntado por la elección de Bach, el realizador apunta que "en el siglo XIX, Bach aparece como el clásico más consensuado, por su capacidad de trabajo, porque consigue la armonización y porque además es un icono popular".

Bach era asimismo, en su opinión, "el contrapunto perfecto para los momentos de silencio y para los ruidos cotidianos".

Portabella necesitaba la referencia de alguien aceptado para plantear "un paseo de la mano de un personaje tan conocido", un paseo geográfico por el corazón de Europa: Leipzig, donde Bach trabaja como Kantor en la Escuela de la iglesia de Santo Tomás, y realiza gran parte de su obra fundamental, y Dresde".

Dresde, icono de la barbarie humana en la mitad del siglo XX, junto con Guernica e Hiroshima-Nagasaki, es el punto de partida de una reflexión sobre lo que ha sido Europa, "de lo que es capaz un país civilizado, que puede incluso utilizar la música para crear el mal".

Paralelamente, se induce al espectador a un paseo en el tiempo por los siglos XVIII, XIX y XX.

El director del Museo de Arte Contemporaneo de Barcelona, MACBA, Manuel Borja-Villel, que ya dedicó una exposición antológica a la obra de Portabella en 2001, ha subrayado que el director "combina de manera extraordinaria el conocimiento, la música, la cultura, el turismo y el transporte".

A su juicio, "El silencio antes de Bach" es "uno de los mejores retratos actuales de Europa".

El filme, que combina diálogos en alemán, italiano y español, cuenta en el reparto con los actores Christian Brembeck (en el papel de Bach), Feodor Atkine (vendedor de pianos), Álex Brendemühl (camionero) y Daniel Ligorio (Félix Mendelssohn), entre otros.