Quito levanta un gigantesco Belén con figuras de hasta 36 metros de altura

Quito.-  Miles de luces y gigantescas figuras de la Virgen María, San José y el Niño Jesús, junto a los Reyes Magos, todos apostados en la cima del Panecillo, convierten cada diciembre la capital ecuatoriana en un inmenso Belén en la mitad del mundo.

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(EFE)

Vista de las gigantescas figuras de la Virgen María, San José y el Niño Jesús, junto a los Reyes Magos, todos apostados en la cima del Panecillo, convirtiendo, cada diciembre, a la capital ecuatoriana en un inmenso Belén en la mitad del mundo.

Las figuras de un pastor y dos ovejas se incorporaron este año al Nacimiento navideño que luce iluminado en la cima del Panecillo, antes conocido como Shungoloma, que en quichua significa "Loma del Corazón".

En el Panecillo -nombre puesto por los españoles- aparecen San José, los tres Reyes Magos, la cuna del Niño Jesús, el buey, el asno y tres estrellas en lo alto.

Cada figura humana mide entre 29 y 36 metros de altura, las ovejas alcanzan los 6 metros de alto y la estrella, de 20 metros, corona una postal que se ilumina cada noche con más de 30.000 bombillas de luces y 2.000 metros de manguera lumínica.

La instalación de las figuras, que se construyeron con tuberías de distinto diámetro recicladas de la explotación petrolera, estuvo a cargo del Ministerio de Obras Públicas (EMOP).

En el montaje del Nacimiento intervinieron 25 obreros entre soldadores, electricistas, operadores de maquinaria y personal de apoyo. En estos trabajos y en el desmontaje se invierten aproximadamente 38.000 dólares, dijo a Efe una fuente de la EMOP.

La inmensa Virgen María, representada por la escultura de la "Virgen del Panecillo", que existe en el lugar desde la década de los 70, está inspirada en la escultura de 30 centímetros realizada en el siglo XVIII por el escultor quiteño Bernardo de Legarda.

En 1976, el artista español Agustín de la Herrán Matorras realizó en aluminio el monumento a la Virgen María, que se encuentra en la cúspide del cerro. Está compuesto por 7.000 piezas y es considerado como la mayor representación de aluminio del mundo.

El Panecillo debe su nombre al parecido con un pan pequeño, y se erige en medio de Quito como un mirador natural desde el que se ve la belleza andina de la zona y la disposición urbana de la ciudad.

Según el Ayuntamiento, en la época preincaica se erigió sobre la loma un templo dedicado al culto del dios sol, llamado Yavirac, que fue destruido por el indio Rumiñahui mientras resistía con sus tropas al avance español.

El Panecillo, con 3.000 metros de altitud sobre el nivel del mar, es una referencia geográfica que marca la división entre el sur y el centro y norte de Quito, y aún mantiene el legado de la época incaica porque ahí se encuentra la "Olla", una especie de cisterna circular de 8 metros de profundidad que se usó para el riego.

Años después, durante la dominación española, el lugar sirvió para recolectar agua de lluvia destinada al riego de los jardines de la mansión española Bellavista y luego fue utilizado como sitio de defensa de las tropas coloniales durante la batalla libertaria de Pichincha el 24 de mayo de 1822.

En una época llena de emotividad, el Nacimiento hace aflorar sensaciones como las de Faby, una católica de 67 años, para quien las inmensas imágenes le hablan de la protección de Dios desde las alturas, mientras que a Gaby, de 30 años, ver ese Belén le "llena de esperanza porque recuerda el nacimiento de Jesús".

Pero para un joven sacerdote consultado por Efe, el Nacimiento del Panecillo es "un atractivo turístico más que religioso; es un tema ornamental, que usa elementos religiosos".

"La religiosidad popular necesita crecer en el verdadero compromiso de la vida, que es estar reunidos, compartir, crecer juntos", señaló al asegurar que esas representaciones "son importantes pero no lo más importante" de la época.

Pero para el septuagenario Héctor, la colocación del inmenso pesebre a esas alturas es "bueno para insinuar al público que debe seguir la tradicional Novena del Niño y no lanzarse al mercantilismo de los centros comerciales".