Verino aspira a disponer de un espacio permanente en la Cidade da Cultura para sus trajes

Ourense.-  El diseñador Roberto Verino dijo hoy que aspira a conseguir un espacio permanente en la Cidade da Cultura de Galicia para albergar y mostrar 50 piezas de sus colecciones que corresponden a 25 años de trabajo como diseñador, y apuntó, en declaraciones a EFE, que sería para él un "buen broche de oro".

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(EFE)

El diseñador Roberto Verino, natural de Verín (Ourense) ante algunos de los 50 trajes que se exponen desde hoy en el museo municipal de Ourense, como el que tiene detrás confeccionado en lana y con un peso de 12 kilogramos, correspondiente a una de las colecciones del año 1997.

Verino presentó la exposición en el Museo Municipal de Ourense, un recinto que no reúne las mejores condiciones por falta de espacio, apuntó el comisario de la muestra, Pedro Mansilla que recordó que la obra del diseñador verinés se expuso ya en el Museo del Traje de Madrid.

En ese sentido, Verino explicó que tenía claro que Ourense debía ser el segundo lugar para mostrar la exposición no sólo porque es de Verín sino porque al enfrentarse al hecho de que no tenía guardadas piezas de las 50 colecciones "descubrí que varias mujeres de Ourense atesoraban esos trajes que yo ya no tenía y me los entregaron para la exposición".

Para el diseñador, el trabajo de seleccionar, buscar y reunir un traje de cada una de sus colecciones supone "un antes y un después tanto en el trabajo mío como en el del equipo, ya que comprobé de forma muy clara que hay una evolución desde los años 80".

También se percibe una línea de estilo propia, dijo, que nos ayudará a mantenernos fieles a ese concepto en futuros trabajos.

Entre las piezas, destacó por diferentes razones un vestido que pesa doce kilogramos cuya falda está cubierta por rosas en lana de tamaño natural, otro confeccionado "para buscar la fotografía de portada", según dijo, para lo cual se hizo un escote a medida para la modelo Ester Cañadas de forma que su ombligo quedase a la vista.

Se refirió a otro estampado con motivos celtas que él mismo encargó al pintor Xaime Quessada en el año 1987 para que una pieza de la colección de ese año "sirviese como reivindicación del atlantismo en un momento en el que hablar de moda en España se reducía al mundo mediterráneo", agregó.

En la muestra también está una pieza-joya que es un chaquetón de piel pintado a mano con motivos africanos e incrustaciones de cristales de Swarovski.

Al margen de esos trajes más especiales e incómodos para poner, Verino aludió al orgullo y satisfacción que supone para él que el 90 por ciento de las piezas de la exposición estén ya usadas "por personas que las compraron para sentirse más felices, y luego las atesoraron porque forman parte de su vida".

En ese sentido recordó un vestido que le envió una clienta de Los Angeles tras comprarlo hace más de 20 años en España.

"No quiero que la moda sea impositiva sino que mi objetivo es contribuir a la autoestima y felicidad de una persona cuando compra una de mis prendas porque se encuentra mejor con ella y para ello mis máximas siempre fueron dar calidad en el producto y sencillez en el diseño", agregó.

Por su parte, el comisario de la exposición destacó el acuerdo al que llegó con Verino al empezar a organizar el evento para mostrar una pieza de cada colección, aunque fuese de un año malo.

"Eso evidencia la coherencia y honestidad tanto de la muestra como del catálogo ya que en ellos el diseñador se desnuda simbólicamente al mostrar lo bueno y lo malo, ya que en el catálogo también se incluyen las críticas de cada época, tanto las favorables como las negativas", aseguró.