La memoria de Azucena Villaflor emociona en la alcaldía de París

París.-  París rindió hoy un emotivo homenaje a la fundadora de las Madres de la Plaza de Mayo, Azucena Villaflor, secuestrada el 10 de diciembre de 1977, meses después de haber propuesto a otras 13 Madres buscar, juntas, a sus hijos desaparecidos en manos de la dictadura militar (1976-1983).

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(EFE)

Madres de Plaza de Mayo depositan las cenizas de Azucena Villaflor al pie de la Pirámide de Mayo en diciembre de 2005. Ese año, los restos de Villaflor se identificaron en el cementerio General Lavalle, donde estaban desde 1977, año en que fue secuestrada.

Treinta años después de que fuese torturada en la más cruenta de las cárceles argentinas, la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), y arrojada al mar en los "vuelos de la muerte" promovidos por Jorge Videla, su memoria llegó a la alcaldía de la capital francesa.

Los restos de Azucena Villaflor, nieta de un dirigente anarquista, fueron encontrados una primera vez en unas playas del Atlántico y enterrados junto a los de otras víctimas anónimas del régimen dictador, que hizo desaparecer 18.000 personas, según cálculos oficiales; 30.000 según asociaciones humanitarias.

En 2005, se supo que su cuerpo era uno de los desenterrados a finales de 2004 en el cementerio de General Lavalle, a más de 300 kilómetros al sur de Buenos Aires, junto con los de otras dos Madres desaparecidas, Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce.

La figura de esta Madre, de 53 años que perdió su vida en el empeño de encontrar rastros de la de su hijo, y de los de sus compañeras del entonces naciente colectivo, fue celebrada con una exposición de María Lagrange, la proyección de "El Pozo", de Julieta Hanono, un espectáculo de tango y un concierto del pianista Miguel Angel Estrella, embajador de Argentina ante la UNESCO.

En su honor, residentes argentinos en París, representantes municipales y también de las asociaciones francesas que intentaron ayudar a la resistencia argentina, se congregaron en el salón de actos de la Alcaldía.

Poco antes del acto, Miguel Angel Estrella contó a EFE cómo desapareció Azucena Villaflor "una semana antes de que él mismo fuese secuestrado en Montevideo".

Iba del brazo con otra Madre" cuando "individuos vestidos de civil la cogieron del brazo para llevársela", gritando y diciendo que era "una operación antidroga", explicó.

Cuando la otra Madre gritó: "'pero qué es esto, cómo se atreven a llevarse a una mujer así'", "'qué tenemos que ver nosotros con la droga'", el secuestrador le contestó: "'cállate la boca porque sino te llevamos a ti también'", y nunca más se vio en vida a Azucena Villaflor", recordó Estrella.

En su honor, "vamos a hacer música", añadió el embajador, quien eligió "una serie de obras del romanticismo", que "traducen en música lo que vivió la Argentina de aquellos años".

Del filme "El Pozo", resaltó que habla del "siniestro lugar" que fue centro clandestino de torturas de la provincia de Santa Fe, hoy Paseo Público Para la Memoria, donde se pueden ver "algunos calabozos de las paredes, con escritos de los secuestrados".

Preguntado por su propia supervivencia, dijo deberla al hecho de ser ya conocido internacionalmente como pianista y a la movilización de sus "amigos músicos del mundo entero", compañeros de estudios, maestros "y, sobre todo, a una familia, la familia Haguenauer".

Eran "franceses de origen judío y el jefe de familia, Yves, que era un industrial, dejó su fábrica en manos de su hermano diciéndole que hasta que no encontrase a Miguel Ángel no le verían el pelo".

Personalidades como Ariane Mnouchkine o Danielle Miterrand se unieron a él, y, además, "la UNESCO, esto me salvo la vida, creo, mandó dos emisarios secretos a Montevideo para negociar con los militares uruguayos que yo no fuese trasladado a Argentina".