Navidad época para la familia y las compras, pero también para el trabajo

Bogotá.-  Millones de personas en el continente americano celebran la Navidad en un ambiente religioso, de reconciliación y cada vez más consumista, ya que es la época en donde más compras se realizan y en la que los platos tradicionales nunca faltan.

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Latinoamérica es una de las regiones en el mundo en donde existen más personas sin empleo y las fiestas navideñas son la oportunidad para muchos que se rebuscan para lograr llevar a sus casas la cena y regalos.

Por ejemplo, en Ecuador muchas personas se dedican a lo que se conoce como el trabajo informal y venden en la calle toda clase de artículos a precios bajos, mientras que otros se dedican a cuidar los vehículos del sinnúmero de compradores que acuden a los diferentes comercios.

En Argentina y en Colombia almacenes, supermercados y centros comerciales ampliaron sus horarios hasta la madrugada del lunes para satisfacer las demandas de consumidores en busca de regalos.

Las mesas americanas también se visten de variados platos y bebidas, como el tamal costarricense, las hallacas venezolanas, el "mote con huesillos" (jugo helado que mezcla mote -trigo cocido- y duraznos secos) o el "cola de mono" (un trago criollo de leche, café, aguardiente, azúcar y canela) en Chile.

También están entre los deleites navideños el lechón asado en República Dominicana y el "clericó" (mezcla de vino, refrescos, azúcar y frutas diversas) en Paraguay, los buñuelos y la natilla en Colombia y el pavo en Estados Unidos.

En cuanto a los rituales, en Bolivia, los aimaras dedican esta época a la cosecha, el 21 y 22 de diciembre son los días elegidos para dar gracias a la "Madre Tierra" y al "Padre Sol" por sus cultivos.

En el estado mexicano de Oaxaca centenares de niños, hortelanos y floricultores crean figuras tradicionales y navideñas con rábanos, flores y hoja de maíz, motivos que son premiados en la fiesta popular de la Noche de Rábanos que se celebra todos los 23 de diciembre.

En Chile la Navidad se llama Pascua y quien lleva los regalos es el Viejito Pascuero.

Como es tradicional, en cada calle, avenida y demás lugar de cada país de la región se adornan con figuras que representan el nacimiento del Niño Dios, arbolitos de Navidad de todos los tamaños y versiones y miles de bombillas de colores que iluminan todos los rincones.

En Paraguay, varios municipios promovieron festivales musicales y de danza que incluyeron representaciones de pesebres con actores y pasajes de ese acontecimiento religioso.

Figuras de gauchos, indígenas andinos, apaches de madera, cobre o arcilla forman parte de la exposición de 110 "Pesebres de Nuestra América", que se exhiben en Quito con el objetivo de "rescatar el verdadero sentido de la Navidad".

En Quito, capital de Ecuador se alzó un gigantesco pesebre y cada figura humana mide entre 29 y 36 metros de altura.

En la capital colombiana, el gobierno de Bogotá, diseñó este año unas "rutas" para que propios y extraños gocen de espectáculos musicales, circenses y fuegos artificiales.

La Navidad también es espacio de treguas y reconciliaciones, como es el caso de los ambientalistas de la ciudad argentina de Gualeguaychú que tienen previsto montar mañana una mesa navideña en la carretera donde mantienen bloqueado un paso fronterizo a Uruguay, en rechazo a una papelera instalada en ese país.

Por su lado, el Gobierno de Uruguay abrió hoy y hasta el próximo 2 de enero el paso entre Gualeguaychú y Fray Bentos.

La Navidad en Brasil, a pesar del fuerte consumismo que la rodea, tiene más espíritu religioso que la propia Semana Santa, que en la mayor nación católica del mundo (con 73 por ciento de sus 184 millones de habitantes) es una época dedicada al turismo local.

Además, los brasileños celebran en el regocijo hogareño de las cenas familiares, los arbolitos y regalos de Papa Noel, ya que prefieren ahorrar energías para el Carnaval, que en 2008 se celebrará en la primera semana de febrero en todo el país.

Otras celebraciones son un poco más sobrias, como en Cuba, en donde muchas personas consideran el día como uno más de descanso laboral.