El esposo de Íngrid Betancourt recibe con "mucho dolor" el cumpleaños 46 años de la plagiada

Bogotá 25 dic (EFE).- El esposo de Íngrid Betancourt.-  Bogotá 25 dic (EFE).- El esposo de Íngrid Betancourt, el publicista colombiano Juan Carlos Lecompte, dijo hoy que recibía con "mucho dolor" el aniversario de sus 46 años de la ex candidata presidencial, secuestrada desde febrero de 2002 por la guerrilla de las FARC.

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(EFE)

El publicista colombiano Juan Carlos Lecompte, esposo de Íngrid Betancourt, enseña en su domicilio un retrato de la ex candidata presidencial colombo-francesa, quien hoy cumple 46 años de vida y permanece secuestrada por las FARC desde febrero de 2002.

El cumpleaños es el sexto que la colombiana y también nacionalizada francesa pasa en manos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), resaltó Lecompte, quien recordó con nostalgia la última vez en la que ella pudo celebrar, reunida en familia, los 40 años de vida y la Navidad.

Fue en diciembre de 2001, en la capital colombiana, con la presencia de su madre, Yolanda Pulecio, y sus dos hijos, Melanie y Lorenzo Delloye, de su primer matrimonio, además de Lecompte..

"A Íngrid le gustaba estar en familia, y estuvimos reunidos sólo los cinco, como lo hacíamos en todas las navidades", dijo a Efe en conversación telefónica en Bogotá el publicista, e indicó que, como lo acostumbraban se reunían en una cena navideña, con un pavo que se servía hacia las 11.00 ó 11.30 horas locales (04.00 ó 04.30 GMT).

El postre siempre se dejaba para la medianoche, como comienzo de la celebración del cumpleaños de Íngrid, que seguía con la entrega a ella de la tarta acostumbrada, continuó Lecompte.

El publicista añadió que "la última vez ella cumplía 40 años, y recuerdo cómo la molestaron los niños, sobre todo Lorenzo, que tenía 13 y que le dijo 'cuarentona', que había llegado al 'cuarto piso', que ya estaba vieja".

A falta de la reunión familiar, Lecompte se comunicó por teléfono en París, hacia la medianoche del lunes, con Melanie y a Lorenzo, para compartir la tristeza por esta nueva Navidad y este año sin la compañía de Íngrid, a quien el publicista le ofreció como regalo en esta ocasión una octavilla con fotografías recientes de sus hijos.

Lecompte lanzó sobre las selvas del este y el sureste de Colombia, incluidas las de las fronteras con Brasil y Venezuela, unos 20.000 impresos de este tipo, con la esperanza de que al menos uno de ellos llegue a manos de su esposa.

Las octavillas fueron arrojadas entre el jueves y el domingo pasados desde una pequeña avioneta, en la que el publicista voló casi once horas, en cuatro jornadas.

"Ojalá las pueda recibir como regalo", dijo Lecompte, que con estas 20.000 elevó a 80.000 el número de impresos que ha arrojado desde el aire en campañas pasadas, todas ellas con la misma esperanza, de que Íngrid reciba al menos un ejemplar.

Hasta ahora, parece ser que ninguna fotografía ha podido llegar a manos de ella, se lamentó Lecompte, al advertir de que, de haber sido así, Íngrid lo hubiera hecho saber en la carta a su madre que fue decomisada a finales de noviembre último por las autoridades en Bogotá junto a unos vídeos y fotografías de dieciséis rehenes, entre ellos de tres estadounidenses.

Los documentos estaban en manos de tres presuntos rebeldes que debían hacerlos llegar al presidente venezolano, Hugo Chávez, hasta hace un mes mediador en la búsqueda de un acuerdo humanitario con las FARC.

Uno de los vídeos muestra a Íngrid abatida y apesadumbrada, imagen que causó conmoción en el país y en el exterior, y que hizo crecer el llamamiento a las partes implicadas para que se sienten a negociar el acuerdo humanitario.

Betancourt fue secuestrada junto a Clara Rojas, su compañera electoral de entonces, como candidata a vicepresidente, y madre de Emmanuel, nacido en cautividad de una relación con un guerrillero.

El aniversario de Íngrid Betancourt coincidió con la creciente expectación por la anunciada puesta en libertad de Clara Rojas, Emmanuel y la ex congresista Consuelo González de Perdomo, cautiva desde septiembre de 2001.

Las FARC informaron en un comunicado conocido en Bogotá hace una semana que iban a liberar en breve al niño y a las dos mujeres como desagravio a Chávez, a la senadora colombiana Piedad Córdoba y a las familias de los cautivos.

Chávez y Córdoba ejercieron como mediador y facilitadora de la búsqueda de un acuerdo humanitario hasta el 21 de noviembre último, cuando el gobernante colombiano, Álvaro Uribe, dio por terminada su misión, lo que desató una crisis diplomática bilateral.

La esperanza de la liberación antes de Navidad se diluyó en medio de versiones sobre supuestas operaciones militares en el territorio por el que los rebeldes debían movilizar a los rehenes para entregarlos a Chávez, lo cual ha sido desmentido por Bogotá.