El bufón de Francia

Bufón con una sola F. No como Georges Louis Leclerc, Conde de Buffon, gran naturalista francés. Ni siquiera como Gianluigi Buffon, veterano portero de la Juve y de la selección italiana. Bufón como sinónimo de saltimbanqui, de farandulero, de chocarrero, de histrión y, si me apuran, hasta de payasete.

(REUTERS)

Sarkozy con su novia en Egipto.

Así es Sarkozy, presidente de una República, pero con todos los vicios de un rey bananero. Ha convertido su vida privada en espectáculo, utilizando la televisión como amplificador de señal. Y así, con cuatro patochadas (si por patochada aceptamos a Carla Bruni), se ha convertido en el personaje del año.

"Desde entonces, siempre he pensado con benevolencia en las personas que ocupan cargos eminentes de cualquier clase. Están interpretando un papel, y debemos considerarlos actores, sin intentar desacreditarlos con información sobre su vida personal... a menos que sean ellos quienes arrastran su vida personal al escenario". El escritor canadiense Robertson Davies murió en 1995, cuando Sarkozy aún no había destapado sus habilidades como un bufón. Davies escribió este texto visionario para "El quinto en discordia" (Libros del Asteroide), una biografía absolutamente fascinante, primera parte de su imprescindible 'Trilogía Deptford', capaz de devolvernos la confianza en la narrativa. Davies no conoció a Sarkozy, pero sí a los de su calaña.

En este mundo sembrado de política y de políticos, deberíamos esforzarnos por desarrollar la conciencia de estar siendo constantemente utilizados por poderes sobre los que no tenemos ningún control, poderes cuyos propósitos generalmente se encuentra fuera de nuestra comprensión. No sucede así con un Sarkozy transparente como agua de manantial. Sarkozy quiere que nos fijemos antes en su novia que en su trabajo. Una guerra de distorsión informativa en que la tele, en lugar de desenmascararle, se ha convertido en su principal aliando.

Sarko a caballo, melenas al viento. Sarko en Egipto, observando tumbas de civilizaciones legendarias. Sarko seductor, junto a una bella cantante y actriz. Sarko tierno, en Disneyland París. Sarko heroico, arrancando a sus compatriotas de las garras del salvaje africano. Si hay que elegir entre las revueltas callejeras de los barrios franceses y la pareja Sarko-Bruni en la cubierta del yate de un empresario amigo... Los informativos eligen el azul del mar, la teka resplandeciente y el bufón en plena pantomima. Vacaciones en el mar.