La nochevieja en Ecuador se vive con rituales espirituales y fuego purificador

Quito.-  Las campanadas de Fin de Año son también en Ecuador la señal para el inicio de rituales espirituales y otras costumbres que incluyen verdaderas "acrobacias" alimenticias, además del riesgo de que algunos queden reducidos "a cenizas".

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(EFE)

En la Nochevieja de Ecuador tradicionalmente se queman monigotes rellenos de serrín, hechos con papel de periódico y con máscaras de personalidades.

¿Cómo, sino, puede llamarse la costumbre de comer una uva por segundo por cada campanada de medianoche del 31 de diciembre, al tiempo de engullir arroz, lentejas y otros granos para "llamar" a la abundancia, y pasarlo todo con una copa de champaña?.

Julio, un profesor y periodista cubano de 41 años comentó a Efe que aunque hay que pedir deseos con cada uva, "con las justas" trata de no atragantarse porque por el apuro "no se puede pensar mucho".

Hay quienes de cosecha propia se han inventado una pócima cuyo sabor parece ser tan políticamente discordante como sus ingredientes licuados: champaña, uvas, cerezas, crema de leche..., pero efectivo, según dicen, para "atraer la prosperidad".

Pero eso no es todo, la costumbre manda que mientras se busca que la prosperidad entre por canales alimenticios, el interesado se las ingenie para, al mismo tiempo, poner billetes de alta denominación en sus zapatos y pisarlos sobre una banca, para "llamar al dinero".

Hay quienes a la tradición agregan ingredientes de propio peculio. Nicolás, un ingeniero de 42 años, comentó a Efe que tiene billetes "nuevecitos": uno regalado, otro de su sueldo y uno llegado como vuelta de una compra, "para que nunca me falte el dinero".

"Hasta ahora me ha dado resultado, así que mejor voy a patentar la idea", dijo en medio de carcajadas al recordar que con billetera en el bolsillo, mochila y pasaporte en mano, corre a la medianoche del 31 alrededor de la manzana "para llamar a los viajes".

"Siempre me pongo billetes en los dos zapatos, para luego ir a bailar. Si se acaba el dinero para las chelas (cervezas), saco el de los zapatos. Puede no haber comida, pero chelas si, todo el año", comentó a Efe la juvenil Ivonne en medio de risas.

No se sabe cómo, pero hay quienes logran extender los segundos para alcanzar a cambiar a medianoche de ropa interior por una de color amarillo, para atraer la prosperidad, o roja, para el amor, o como Virginia, una ecuatoriana de 30 años, que este año combinará su lencería para conjugar esas dos "necesidades", según dijo a Efe.

En ciertos hogares, a los abrazos cargados de deseos de éxitos, de buenos augurios para el amor, trabajo y salud, les llueven, literalmente, monedas que se lanzan al aire a medianoche para garantizar que si "así llueve, que no escampe todo el año".

La parte espiritual llega con las oraciones de agradecimiento y de peticiones: unas individuales, otras en conjunto en torno al tradicional Belén de Navidad o también con los momentos de soledad que se regalan algunos para meditar y recibir al año en paz.

Otros prefieren las tradicionales velas de tan variados colores como variadas son las necesidades: más bondad, más dinero, más amor, más paz, más esperanza, más abundancia, más...

En algunos, el penetrante olor a canela y rosas sale literalmente de sus poros pues cumplen con el ritual del "baño energético".

Como las costumbres no necesitan visado, Julio ha introducido entre sus amigos aquella idea de que lanzar a la medianoche un balde con agua por la ventana limpia lo malo y purifica el hogar.

"No hay que llorar ni discutir porque recibirás eso todo el año. Hay que hacer siempre algo bueno", recomienda.

En Ecuador la fiesta en las calles se extiende hasta la madrugada tras quemar el "Año Viejo", que son monigotes que representan a políticos, a deportistas, a famosos o "artistas" del teatro personal de la vida.

Antes, "al 'Año Viejo' le ponía en un papel el nombre de todos los novios del año y les quemaba, para que Dios me dé el doble", señaló entre risas una ecuatoriana de 31 años al aclarar, frente a su novio, que este año mejor "quemará" a las ex de su pareja.

"Por andar de fiel se me acabó la costumbre de dejar en cenizas a los que se han portado mal conmigo", bromeó, mientras Andrés, de 25 años, aseguró que "queman" a un familiar para que le vaya bien.