Buscemi-Van Gogh, cuando la izquierda homenajea a la derecha

Hoy se estrena 'Interview', largometraje dirigido y protagonizado por Steve Buscemi. Es un remake de un filme del mismo nombre del director holandés Theo Van Gogh, asesinado en Amsterdam en 2004 por un radical islamista. Buscemi es norteamericano, contrario a la política de Bush, progresista aunque moderado en sus declaraciones políticas. No se ha alineado, como otros actores de Hollywood, a favor de ninguno de los candidatos al trono de la Casa Blanca. Van Gogh era un polemista, liberal, radical, anticlerical y antisemita. Saltaron chispas por sus declaraciones en contra de los homosexuales y los musulmanes. ¿Qué les une? Buscemi rinde homenaje a Van Gogh. No le importa lo que fue, sino su obra. Y sus películas hablan de personajes que no encajan. Quizá como ellos dos, cada uno en su línea.

Wolfgang Kumm (EFE)

Theo Van Gogh y Steve Buscemi, dos en uno.

'Interview' es la primera de una trilogía de remakes de películas de Van Gogh que el propio director holandés, pariente de Vincent Van Gogh, quería que se rodaran en inglés y con actores americanos. La 'colección' se llamará 'Triple Theo', e incluirá, además, los títulos del polémico realizador holandés '06' y 'Blind Date'.

Buscemi es uno de los iconos 'indie' del cine norteamericano. Se ha caracterizado por hacer siempre lo que ha querido sin venderse al cine comercial, exceptuando la incursión como actor en 'Armageddon' (Michael Bay, 1998). Es un habitual de las películas de directores con sello propio y de autor como Quentin Tarantino y Jim Jarmusch e inspiró alguno de los guiones de los hermanos Coen, como 'Fargo' (1996) y 'El gran Lebowski' (1998). También son famosas sus intervenciones en la serie 'Los Soprano'. Antes de 'Interview' ha dirigido tres largometrajes: 'Trees Lounge/Una última copa' (1996), 'Animal Factory' (2000) y 'Lonesome Jim' (2005).

En 'Interview', Pierre Peters (el propio Buscemi), un conocido reportero de guerra, ha visto las peores cosas que podía imaginar tras recorrer el mundo. Pero le ofrecen entrevistar a Katya (Siena Miller), estrella de la telenovela estadounidense y del mundo rosa 'paparazzero'. Al principio se siente reacio, pero las apariencias engañan. La entrevista desemboca en un ingenioso duelo dialéctico. Los personajes juegan a un peligroso juego en un drama cargado de sexualidad. Se habla de los medios de comunicación, la verdad y la fama.

No es una película de alardes técnicos. La estética, aunque levemente cuidada, no es el fundamento de la realización. Una de las condiciones sine qua non para los productores y también casi del alma de Van Gogh es que la película fuera rodada con la poco ortodoxa técnica del director holandés. Tres cámaras digitales simultáneas. Una se fija en él, otra en ella y una tercera que consiste en un plano 'master' (o cámara maestra) de toda la acción. Ello ha permitido que la película, de bajo presupuesto incluso para España, 679.000 euros, haya sido rodada en sólo nueve días. La original le gana: cinco días y 150.000 euros. Lo que importa es lo que se cuenta y la psicología de los personajes.

En 'Interview' vemos a Buscemi y a Van Gogh en uno solo. Al mismo ex bombero que se presentó en la 'zona cero' del World Trade Center para ayudar a sus antiguos compañeros durante una semana en las tareas de búsqueda de supervivientes tras el 11-S y al 'tulipán' que calificó a los musulmanes de «folladores de cabras», denunció el «sentimentalismo exagerado» de los judíos holandeses al hablar del holocausto, o calificó a un crítico homosexual como «caballero de chocolate baboso». Buscemi y Van Gogh, todo en uno o frente a frente.