Gorostiaga cree que si el obispo fuera un político, habría sido extraditado

Santander.-  La vicepresidenta del Gobierno de Cantabria, la socialista Lola Gorostiaga, considera que si el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, fuera un político en lugar de un prelado, ya habría sido destituido, e incluso "extraditado", por sus declaraciones sobre los abusos a menores.

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(EFE)

La vicepresidenta del Gobierno de Cantabria, la socialista Lola Gorostiaga.

Gorostiaga ha asegurado hoy en una entrevista en RNE, recogida por Efe, que sintió "mucha rabia" al escuchar las declaraciones del obispo Bernardo Álvarez en las que éste decía que puede haber menores que consientan mantener relaciones sexuales con adultos y que algunos "están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo".

"Si el obispo de Tenerife hubiera sido un político se hubiera montado una revolución en este país y lo hubieran tenido que extraditar. No sólo hubiera tenido que dimitir de su cargo, porque evidentemente, fuera del partido que fuera, le hubieran tenido que cesar de forma fulminante, sino que le hubieran tenido que extraditar", defiende la vicepresidenta de Cantabria.

La secretaria general de los socialistas cántabros reconoce que tiene que "morderse la lengua y contar hasta diez" a la hora de valorar las declaraciones de ese obispo, porque afirmaciones de ese tipo sobre los abusos a menores por parte de alguien que tiene "una tribuna pública" despiertan en ella sus "peores instintos".

Gorostiaga subraya que "los menores no tienen a nadie que grite por ellos" y reprocha al obispo de Tenerife que no sea coherente con lo que predica la propia Iglesia católica, "que siempre ha ido manifestándose como la protectora de los desprotegidos".

Sin embargo, también sospecha que Bernardo Álvarez ha dicho en público lo que piensan "otros muchos en la jerarquía de la Iglesia".

"He oído muy pocas voces dentro de la propia jerarquía que hayan salido a afear, por decirlo de una manera suave, la conducta de este señor", denuncia la vicepresidenta de Cantabria.

Lola Gorostiaga matiza que tampoco esperaba que el obispo Bernardo Álvarez fuera corregido en público por sus superiores eclesiásticos, porque eso es algo que "no han hecho nunca" y porque, en su opinión, los dirigentes de la Iglesia católica han demostrado durante siglos "una habilidad especial para taparse unos a otros".

"Como todo colectivo humano, tienen defectos. Tienen muchos, aunque no los reconocen nunca. Y eso también forma parte de su incoherencia, porque a los demás nos piden que les confesemos nuestros pecados, pero ellos se los confiesan entre ellos y ahí se quedan", añade.

La vicepresidenta ha hecho estas valoraciones en una entrevista dedicada a analizar uno de los aspectos que están bajo su responsabilidad en el Gobierno de Cantabria en esta legislatura: la protección a la infancia por parte de los Servicios Sociales.

Gorostiaga ha explicado que, en estos momentos, la comunidad autónoma ejerce la tutela de 247 menores y la guarda de otros 182. Además, tiene acogidos en residencias a 282 niños y adolescentes y supervisa el acogimiento de otros 94 menores de edad por parte de parientes o de familias voluntarias.

La vicepresidenta ha añadido que se está revisando toda la red pública de atención a la infancia para atender mejor los diferentes supuestos que se plantean e, incluso, abordar fenómenos que antes no llegaban a los Servicios Sociales, como el de los padres que piden ayuda porque no son capaces de controlar a sus hijos.