Ha muerto el amigo oculto del 27

Pepín Bello ha caído, el cuarto 'beatle' de la Residencia de Estudiantes, el amigo de Lorca, Buñuel y Dalí, el último representante de la generación del 27, el anti-artista, pero muchos dicen que fue el alma, el gran inspirador, el personaje oculto. Tenía 103 años, vivía en la 'Prospe' de Madrid y con él se cierra un siglo de excelencia artística y creativa.

'El ateneísta', único texto publicado de Pepín Bello

Él decía: «tengo más de marciano que de poeta». Una de las características más reseñables de Pepín Bello es su carencia de obra. No hay libro ni pintura ni película ni casi ningún objeto fruto de su creación. Escribía, pero lo destruía todo por no quedar satisfecho. Su gran creación fue él mismo, que un día decidió no tener un oficio concreto. Sus amigos le rogaban que trabajase, que produjese la obra artística que su talento podía crear. No quería la gloria.

Su único texto publicado es un caligrama (poema gráfico) titulado «El ateneísta» (L’Amic de les Arts, núm. 31, Sitges, marzo de 1929, en la foto). También le escribió una carta a Dalí: "Me gustan los culos de los santocristos".

De su influencia nacieron los anaglifos, putrefactos y el ruismo, todas creaciones surrealistas antes del surrealismo y presentes en 'Un perro andaluz', de Buñuel, y en los dibujos de Dalí o los poemas de Lorca.

• Los putrefactos son entes que parten de su fijación por los carnuzos, que son las caballerías muertas. Es decir, de su mente creativa: «toda forma carnosa repugnantemente muerta".
• Uno de los primeros anaglifos literarios del grupo de la Residencia incluía la palabra 'anaglifo' al final, y fue lo que dio nombre a estas pequeñas obritas literarias. La estructura de un anaglifo es la repetición de dos sustantivos, la inclusión obligatoria de 'la gallina', y una tercera aportación de sustantivo, que ha de chocar fuertemente con el primero elegido. Ejemplo: "El búho,/el búho,/la gallina/y el Pancreátor".
• El 'ruismo' también es creación suya. Consiste en pasear por las calles sin hacer nada más. Su denominación tiene una clara influencia francesa.

Pepín Bello formó parte de la Orden de Toledo, parodia de cofradía que fundó Luis Buñuel, en la que profesaron sus votos etílicos Salvador Dalí, Federico García Lorca, su hermano Francisco, Rafael Sánchez Ventura, Pedro Garfias, Augusto Centeno, José Uzelay, Ernestina González, Rafael Alberti y un largo etcétera. Pepín era el secretario, y sus actividades consistían fundamentalmente en beber en grupo por las tabernas de Toledo. Y aún así, ha vivido 103 años. Olé por Pepín, el artista anti-artista, el creador que no se comprendía a sí mismo. Descanse en paz con Dalí, Lorca y Buñuel.

Lo que dijeron de él sus inseparables amigos:

"Buenazo, imprevisible, aragonés de Huesca, estudiante de medicina que nunca aprobó un examen, hijo del director de la Compañía de Aguas de Madrid, ni pintor, ni poeta, Pepín Bello no fue nada más que nuestro amigo inseparable". Luis Buñuel, 'Mi último suspiro', 1982.

"Pepín Bello: recibo tu carta que me confirma tus grandes aptitudes anti-trascendentales y anti-artísticas, tienes, nobstante, el defecto y sobre todo el peligro de la difusión y la broma». Salvador Dalí, Carta a Pepín Bello, 1927.

"Pepín era genial… se pasaba el tiempo por las calles, sin hacer nada, haciendo el putrefacto, inventando… Esto fue cuando salió el 'anaglifo', 'el ruismo'… El ruismo era la tendencia a ir por las calles". Rafael Alberti a Max Aub en la '¡revista Helix, 1929.