La Francino mexicana se va a la calle

Carmen Arístegui era hasta hace pocos días la Carles Francino de los mexicanos. La radio W-Radio, empresa propiedad de Televisa y del grupo español Prisa, decidió no renovarle el contrato a la presentadora del programa 'Hoy por Hoy' en México.

(EFE)

Las periodistas mexicanas Carmen Aristegui y Lydia Cacho.

Según informó W-Radio en un comunicado, la decisión de no renovar el contrato de Arístegui, que expiraba el 6 de enero, obedecía a un proceso de "renovación, actualización y expansión" de la emisora. Sin embargo, no tardaron en aparecer las voces que vinculaban su salida con la actitud crítica de la periodista con algunos escándalos relacionados con el Gobierno, el Ejército o la Iglesia.

Arístegui, ganadora de los Premios Ondas Iberoamericano en 2006, el Premio Nacional de Periodismo de México en 2007 y responsable de los informativos de CNN en español, mantuvo a pesar de todo una actitud cauta e indicó que su salida obedecía a "una incompatibilidad de modelos en términos de dirección editorial".

La mano del cuñado de Calderón

El diario progresista La Jornada ha denunciado que durante 2007 empezaron a ejercerse presiones por parte de Televisa y Prisa a la periodista para que limitase sus "márgenes de crítica". El periódico achaca la decisión sobre el futuro de Arístegui a uno de los dos cuñados del presidente mexicano, Felipe Calderón. Juan Ignacio Zavala fue nombrado nada más comenzar su mandato representante de los intereses del consorcio hispano Prisa, pero ha negado su relación con la no renovación del contrato.

Pero no sólo ha sido la prensa de izquierda quien ha denunciado la salida de una de las periodistas más destacadas de México. Columnistas de diarios nada sospechosos de afinidad editorial con Arístegui, como El Universal o Reforma, han dedicado artículos a criticar la salida de la locutora de W-Radio.

Las opiniones se dividen entre quienes la consideran una espuria maniobra para acallar voces discordantes con el Gobierno o un caso de un gran grupo de comunicación que hace prevalecer sus intereses económicos por encima de los periodísticos. Incluso el diario francés Le Monde se ha hecho eco del caso en un artículo en el que comienza señalando que el 2008 ha empezado mal para la libertad de información en México.

Los intelectuales, con Arístegui

La no renovación de la periodista no sólo ha levantado ampollas entre sus compañeros de profesión, sino en la sociedad mexicana. Casi cuarenta intelectuales han lanzado un anuncio en el que lamentan "profundamente" la salida de Aristegui. Entre los firmantes se encuentran el director de cine Guillermo del Toro, actores como Gael García Bernal y escritores como Ángeles Mastretta, Elena Poniatowska o Carlos Monsiváis.

"No podemos dejar de pensar que su ausencia tiene que ver con la actitud crítica que esta valiente y lúcida periodista ha manifestado", indica el texto, que remarca que con la salida de la periodista "perdemos nosotros, pierde la W y pierde el proceso democrático mexicano".

Las luchas de la periodista

Exitosa, reconocida, con audiencia... ¿De qué ha hablado Arístegui para causar tantas molestias?

• La violación en la Sierra Zongolica: Carmen Arístegui investigó la violación de Ernestina Ascensio Rosario, indígena de 73 años procedente de la Sierra de Zongolica (Veracruz) que fue violada hasta la muerte por varios militares encargados de luchar contra el narcotráfico en la zona.
• La Ley Televisa: Éste puede haber sido quizás la apuesta que le haya costado el trabajo a Arístegui. La ley que confirma y asegura que el pastel mediático se lo seguirán repartiendo entre Televisa (su grupo editorial) y TV Azteca ha sido muy criticada por la periodista. ¿Habrán querido sus directivos hacerle ver que no se debe morder la mano de quien te da de comer?
• La detención de la periodista Lydia Cacho: El programa de Carmen Arístegui emitió las escandalosas conversaciones entre el empresario textil Kamel Nacif y el gobernador priísta del estado de Puebla, Mario Marín Torres. En ellas, Nacif, acusado por la periodista Lydia Cacho de participar en una mafia de pederastia en México, pedía a Marín que la encarcelara. La policía poblana la secuestró en Cancún y la trasladó ilegalmente a ese estado.
• El encubrimiento del cura pederasta: La jerarquía eclesiástica tampoco se ha librado del micrófono de Arístegui. La periodista ha seguido de cerca el caso del cardenal del Distrito Federal, Norberto Rivera, citado a declarar en un juzgado de Los Ángeles por la presunta protección a Nicolás Aguilar Rivera, un cura a quien investiga la policía por abuso sexual de más de un centenar de menores, tanto en Estados Unidos como en México.