Exposiciones breves como fotos

En el año 1937 un Lenin de 15 metros de altura presidía la glorieta de Bilbao de Madrid. ¿Habían visto antes esa imagen? ¿Lo habían leído? Ésta es una de las 250 fotografías que componían la exposición de Luis Ramón Marín en la fundación Telefónica de Madrid. ¿Y a Alfonso XIII bailando un agarrado vestido de jinete? ¿Y a Gómez de la Serna declamando sobre un trapecio del Circo Americano? ¿Y a Pastora Imperio posando, treinta kilos más vieja que su retrato, para Julio Romero de Torres? ¿Habían visto antes estas fotografías?

Era la exposición del año, sin duda, pero no se molesten en ir a verla. Se ha clausurado un mes antes de lo anunciado, dicen que por problemas en el edificio de Gran Vía. Esa es la mala noticia. La buena es que la muestra itinerará por todo el territorio español y que, además, se puede recorrer la obra del artista a través del catálogo editado, que es magnífico. No se lo pierdan, Luis Ramón Marín (1884-1944), literalmente un desconocido. Literalmente magistral, de los mejores. Perfectamente homologable a los grandes nombres de la historia de la fotografía.

Marín estaba en todos los sitios. En coche, moto o avión. Fue capaz de fotografiarlo todo: toreros muertos, cabareteras negras, zepelines en Sevilla, curas votando, magnicidas suicidas y enanos bailaores sobre mesas-camilla. Y todo con una mirada certera y con una intención de fiscal, juez y testigo a la vez. No se dejen engañar por el blanco y negro, ni por las placas de cristal que han tenido que restaurar para poder recuperar estas imágenes, Luis Ramón Marín era un moderno. ¡Qué alegría poder rellenar ese hueco en la historia del arte español! Ya pueden ponerse a reescribir la historia de la fotografía en España.

Pues bien, imagínense ahora que estuviéramos estudiando la historia de la pintura española sin conocer a Velázquez. Un buen día, aparece la obra del pintor y se organiza una gran exposición en Madrid. Y, ¡oh maldición! Por motivos técnicos desaparece a los dos meses. Y aunque podamos esperar cruzarnos con ella en su itinerancia, ¿no hay un museo que se vaya a hacer cargo de exponer estas joyas cuando la muestra termine?

*Sofía Moro es nuestra colaboradora de fotografía.