¿Supervivientes?

Lo dijo Darwin: sólo sobreviven los mejores. La naturaleza no tiene piedad con los peor dotados. Una cebra coja apenas sobreviviría unos minutos en la sabana: incapacitada para huir, sería presa fácil de los depredadores. Un tigre albino no podría camuflarse adecuadamente, lo que le impediría sorprender a sus presas potenciales: palmaría de hambre. Un salmonete miope no vería la comida, ignoraría la presencia de enemigos: cascaría en un pis pas.

Karmele, Joselito y Gallardón

Karmele Marchante y Joselito son la excepción a este axioma medioambiental. Karmele Marchante, deteriorado ejemplar de una subespecie humana (el periodista rosa), lidera desde sus evidentes carencias intelectuales la nueva edición de "Supervivientes", esperpento playero generado cada cierto tiempo por esa inagotable fábrica de heces televisivas que es Telecinco. Joselito, niño prodigio de la canción franquista, aún en fase de desarrollo a los 64 años, le acompaña en tan fascinante aventura.

Cuando digo carencias intelectuales no quiero ofender a nadie. Sólo pretendo definir en pocas palabras el bajo perfil de los concursantes: Karmele participa en este reality, que se celebra en playas de Honduras, tras reconocer que tiene fobia a la arena, el sol y el mar. Joselito, calzado como el Fary ("lleva botines / y no va descalzo"), tampoco parecía muy habituado al mundo playero. El pequeño ruiseñor dará su cante capón en un programa que, lógico, le viene grande. Después de pasar por diferentes instituciones penitenciarias, no termina de adaptarse a los espacios abiertos: se hubiese sentido más cómodo concursando en "El coro de la cárcel".

¿Quién demonios elige concursantes de tan ínfimo nivel? ¿No se dan cuenta de que en este país, y en este momento, hay un individuo que está pidiendo a gritos participar en "Supervivientes"? ¡Alberto Ruiz Gallardón! Puede que sea la última oportunidad de alcanzar la gloria para este verso suelto de un PP que cada día rima peor…

- "Alberto ¿En qué cadena dan ese concurso en el que participas?", le preguntaría Esperanza.
- "En Telecinco", respondería confiado el alcalde.
- "¡Pues por el culo te la hinco!", sentenciaría Rajoy.

Aznar, escondido tras las cortinas, reiría la gracia sin acabar de entender muy bien el chiste.