Los ultranacionalistas golpean primero en Serbia

Los serbios se jugarán su futuro en la segunda vuelta, el 3 de febrero, después de que ninguno de los candidatos haya alcanzado el 50% de los votos. Y el primer paso no trae buenas noticias para quienes anhelan una Serbia integrada en la UE: el ultranacionalista Tomislav Nikolic se ha impuesto sobre el actual presidente, Boris Tadic -39,5% frente a 35,5%-.

(REUTERS)

El ultranacionalista Nikolic celebra su triunfo.

En estas elecciones hay mucho en juego, y no sólo para los serbios. El polémico futuro de Kosovo y las relaciones de Serbia con la UE son la clave y muchos ojos de estrategas políticos están sobre este territorio balcánico. Tadic es proeuropeo, centrista y líder del Partido Democrático, y Nikolic, que encabeza de forma interina el Partido Radical (SRS) -el líder oficial de los radicales serbios, Vojislav Seselj, acusado de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, está siendo procesado en La Haya-, se niega a soltar Kosovo y eso condiciona la entrada en la UE.

Éstas son algunas de las claves en torno a estas elecciones:

• El estatus de Kosovo:: Ha sido un elemento central durante una campaña electoral en la que tanto Tadic como Nikolic han manifestado categóricamente su negativa a hacer concesiones con respecto al futuro de esta provincia separatista de Serbia (se espera que declare su independencia entre febrero y mayo). Los serbios consideran la independencia inaceptable y ofrecen una autonomía a Kosovo dentro de una Serbia que se responsabilizaría de la política exterior y de las fronteras externas.

La Unión Europea aún está debatiendo una postura común hacia el separatismo kosovar. La gran mayoría de estados miembros se muestran dispuestos a respaldar la independencia, pero algunos países como Chipre, Grecia y Eslovaquia se resisten porque temen que eso siente precedente para otras regiones separatistas de Europa.

Kosovo es administrada por Naciones Unidas desde 1999, año en que la OTAN intervino en la región para evitar el conflicto entre serbios y separatistas albaneses. A pesar de su falta de consenso, la Unión Europea ha mostrado el deseo de contribuir a la seguridad de Kosovo con la oferta de enviar una misión civil integrada por 1.800 policías y expertos jurídicos, aunque aún no se ha adoptado una decisión final sobre dicha propuesta. Bruselas desea que la declaración de independencia se desarrolle de forma gradual y tutelada.

• ¿Dentro o fuera de la Unión Europea?: Durante la campaña, el pro-europeista Tadic afirmó: "nunca renunciaremos al objetivo de Europa ni al objetivo de Kosovo". Por su parte, su rival, el nacionalista Nikolic declaró: "No renunciaremos a Kosovo. Si ésa es la condición para que Serbia entre en la UE habrá que entablar un diálogo con Bruselas para discutir alternativas". Estas declaraciones son un ejemplo de la retórica más controlada de la que ha hecho gala el líder nacionalista recientemente. Con anterioridad, Nikolic se mostró mucho más duro al manifestar que se opondría a que Belgrado fuera miembro de la UE mientras Serbia fuese "condicionada y humillada" por Bruselas. En el pasado, el líder de los radicales indicó también que pediría una intervención militar en Kosovo si la provincia intentaba desgajarse de Serbia.

Aunque ambos candidatos se oponen a la independencia kosovar, es de esperar que, de ganar las elecciones, Tadic progresará por el camino de la integración en la UE, mientras que, con gran probabilidad, su contrincante Nikolic adopte medidas mucho más drásticas en la relación con Bruselas.

Algunos países europeos contemplan la posible firma de un Acuerdo de Estabilización y Asociación (SAA) con Serbia a finales de este mes como la mejor fórmula para mantener al país balcánico en el camino hacia la adhesión. Pero ciertos estados miembros, como Holanda, se oponen a firmar cualquier acuerdo si Serbia continúa sin prestar su colaboración al Tribunal de La Haya.

• Cooperación con el Tribunal de La Haya: Holanda, entre otros países de la Unión, se opone rotundamente a que Serbia estreche lazos con la UE antes de que Belgrado entregue a los criminales de guerra que quedan en libertad, en particular al general Ratko Mladic, acusado de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio.

El nuevo fiscal del Tribunal para la antigua Yugoslavia, Serge Brammertz, se reunió esta semana con el ministro de Exteriores esloveno Dimitrij Rupel para hacer una evaluación de la cooperación de Serbia antes de que finalice el mes. Brammertz aún no ha emitido ningún informe a este respecto pero ha manifestado que seguirá las mismas líneas de actuación de su predecesora en el cargo, Carla del Ponte.