Opositores de la dictadura birmana dicen que seguirán la lucha por la libertad y contra el miedo

Toledo.-  Bo La Tin, colaborador de la líder de la oposición birmana y Premio Nobel de la Paz en 1991, Aung San Suu Kyi, dijo hoy que, a pesar de la brutal represión de las protestas de septiembre de 2007, "seguimos empeñados en continuar con nuestra lucha pacífica y no violenta" por la libertad y, sobre todo, contra el "miedo" impuesto por la Junta Militar que gobierna la nación.

ampliar foto

(EFE)

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda (izda), entrega el premio de la cuarta edición del Premio Abogados de Atocha a Go La Tin, en nombre de Aung San Suu Kyi, líder de la oposición contra la dictadura militar que detenta el poder en Birmania desde 1962.

Bo La Tin, representante de la Liga Nacional para la Democracia y miembro de la coalición que integra el gobierno birmano en el exilio, se desplazó desde Washington para recoger esta tarde en Toledo, de manos del presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el Premio Abogados de Atocha, que en su cuarta edición ha sido concedido a la líder de la oposición birmana.

El colaborador de Aung San Suu Kyi, de 62 años y que no ha podido venir a recoger el premio por encontrarse en arresto domiciliario en su país, donde detenta el poder desde 1962 una dictadura militar, afirmó que el premio concedido a la líder de la oposición birmana "ha dado a nuestro movimiento democrático un nuevo ímpetu".

Bo La Tin dijo que "seguimos empeñados en continuar con nuestra lucha", pese a la brutal represión de la Junta Militar a las protestas pacíficas que hubo en septiembre del año pasado en la actual Myanmar, la denominada revolución del Azafrán en la que tuvieron gran protagonismo los monjes budistas.

Explicó que el ejemplo de Aung San Suu Kyi ha sido inspiración para muchas personas que la han imitado en su idea de que "hay que conquistar el temor y el miedo", un miedo que dijo sostiene al régimen militar que detenta el poder en Birmania.

Señaló que la Junta Militar ha utilizado la "fuerza bruta" para aplastar al pueblo de Birmania, que vive con el temor a perder la poca libertad y propiedades que tiene, y agregó que "tiene que haber un empeño unido para poder resistirnos" a la corrupción de la Junta Militar y a la influencia del miedo.

El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, recordó que así como a España vinieron brigadistas de otros países que entendieron que la batalla por la libertad y la democracia en España lo era de todo el mundo, esta idea de que "la libertad y la democracia no es divisible" debe seguir vigente.

Así, indicó que no se puede aceptar que haya espacios en la tierra donde no exista la democracia y la libertad, como Birmania.

Barreda recordó a los abogados sindicalistas asesinados hace 31 años en la calle Atocha y a todos los hombres y mujeres que por toda la geografía española fueron capaces de levantarse contra el miedo, un miedo que hoy también sufre el pueblo birmano.

Indicó que es lógico tener miedo ante militares fuertemente armados que no entienden los conceptos de democracia y militar, pero se preguntó por qué éstos tienen miedo de una mujer aparentemente frágil como Aung San Suu Kyi y respondió que quizá sea por la "fortaleza de su ejemplo" y porque es capaz de simbolizar para muchos compatriotas la movilización por la libertad.

El presidente de Castilla-La Mancha mostró su orgullo por entregar el premio Abogados de Atocha a una luchadora y trasladar a ella y a su pueblo el mensaje de que "no están solos", al tiempo que señaló que "necesitamos ejemplos" como el de la líder birmana "para seguir confiando en la dignidad y la grandeza" del ser humano.

Por su parte, el presidente de la Fundación Abogados de Atocha, Alejandro Ruiz Huertas, indicó que Aung San Suu Kyi es un ejemplo de que también se puede trabajar por la libertad desde el silencio y reclamó a la Junta Militar que gobierna en el país que sea puesta pronto en libertad "para que pueda seguir trabajando por la libertad de todos".

Ruiz Huertas, que recordó la manifestación que hubo en 1977 en repulsa por el asesinato de los abogados laboralistas del despacho de la calle Atocha en una acción cometida por ultraderechistas, apeló a no perder esa unidad, que está en la raíz de la recuperación democrática, para conseguir que la presión ciudadana destierre al terrorismo en España.

Además, recordó a los compañeros asesinados en el despacho de abogados de la calle Atocha y a los que sobrevivieron ese día, algunos de los cuales han fallecido recientemente, especialmente a Miguel Sarabia, que murió hace un año y en cuya memoria se otorgará un premio a colectivos docentes que trabajen en la profundización de los valores de la libertad.

También intervino en el acto el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, quien señaló que los derechos fundamentales y la libertad "no son negociables", por lo que la diplomacia y el orden internacional "no pueden perder de vista el objetivo final", que son los derechos fundamentales y la libertad.

Añadió que no hay que resignarse ante la falta de derechos y libertad y explicó que, si una sociedad se moviliza, los gobiernos y los poderes públicos terminan haciéndole caso.

El jurado decidió conceder el cuarto premio Abogados de Atocha, galardón que instituyó el Gobierno de Castilla-La Mancha en 2002 al cumplirse los 25 años del asesinato de los abogados laboralistas, a Aung Suu Kyi por "su coraje y heroica defensa de los derechos humanos y las libertades públicas en Myanmar y su contribución al progreso político de su país por medios pacíficos".

Aung San Suu Kyi fue privada de libertad por primera vez en julio de 1989 y liberada el 10 de julio de 1995, aunque luego fue confinada por segunda vez en septiembre de 2000 para ser liberada en mayo de 2002.

La líder de la oposición birmana, que renunció al exilio a cambio de guardar silencio, fue detenida por tercera vez en mayo de 2003 y aún se encuentra bajo arresto domiciliario.