Guía práctica por si Clemente decide entrenar a Irán

Javier Clemente, el ex seleccionador nacional, se debate desde esta mañana en su particular jornada de elecciones clementinas. Ha recibido una oferta de trabajo. Pero no una cualquiera. Una para irse a otro país. Nada menos que a Irán.Los iraníes dicen que el trato está cerrado hasta 2011. El de Barakaldo lo desmiente. Aún quedan flecos que resolver. ¿Flecos u hojas de margarita?

Es una decisión importante. Pero sí, puede que lo haga. Es capaz de eso y de más. Su mayor freno puede ser su mujer. Ella es la que lo mantiene firme. Puede que le diga: "Ojo, no vaya a ser que a Bush le dé por bombardear Irán antes de que acabe su mandato"> o "Ten en cuenta que en Irán no vas a poder ir a misa todos los domingos". Pero Clemente es un aventurero. Le ponen los retos. Y si el reto es clasificar a Irán para el mundial de Sudáfrica en 2010, pues es el mejor reto del mundo. Llegará, hablará con los jugadores y les dirá: "Sois los mejores jugadores del mundo porque sois los míos y para eso tendréis que creéroslo". Y los jugadores le amarán. Porque siempre pasa. Los jugadores le aman, la prensa le odia.

Pero antes de tomar una decisión, Javi debería informarse un poco de con qué se va a encontrar y ver si él encaja en eso que se va a encontrar o no.

Los iraníes y el fútbol

En Irán aman el deporte del balompié. No sólo los hombres, sino también las mujeres, aunque a éstas no les permiten ni acercarse al campo. Lo de ir al estadio es exclusivamente masculino y, especialmente en los partidos de la selección nacional, cuando todo se vuelve fiesta, suelen acudir a las inmediaciones unas 12 o 13 horas antes de que el partido dé comienzo. Es porque las entradas se agotan, porque los aficionados se pintan, porque lo celebran, porque preparan las canciones. Y cuando la selección gana, las ciudades enteras se vuelven una algarabía de pitidos de coches, cánticos y demostraciones de alegría. Incluso hay más manga ancha. Algunas mujeres se quitan el pañuelo y nadie les dice nada. No importa, ha ganado la selección. A Javi seguro que le pone todo esto. Y si hace falta se nacionaliza.

Porque en Irán el fútbol es sinónimo de progresismo. Al contrario de lo que sucedía durante la dictadura en España, cuando el fútbol se asociaba a derechismo, a conservadurismo, en la sociedad iraní todos los intelectuales adoran este deporte porque es occidental y evoca tolerancia. Y también porque los sectores más fuertes de la intolerancia religiosa lo aborrecen. Clemente es católico y tirando a conservador, pero, si vive en Irán, le vendrá bien que el fútbol sea progresista. Imaginen que se trata de un deporte dominado por los radicales islamistas.

Los medios de comunicación

IRNA (Islamic Republic News Agency) es la agencia de comunicación estatal de Irán y controla todos los medios. Hay un canal dedicado al deporte, especialmente fútbol. Y en ese canal no sólo se ve fútbol iraní, sino también de otros países asiáticos y, fundamentalmente, europeo, sobre todo español e inglés. Debe de ser que en ese canal ponen los partidos de las Ligas españolas de los 80, cuando Clemente ganaba campeonatos con el Athletic (1983 y 1984) o llegaba a la final de la UEFA con el Espanyol (1988). Si han seguido su trayectoria posterior habrían de pensárselo.

Será con la prensa con quien Clemente tenga que tener especial cuidado. Es su talón de Aquiles. Es un entrenador, mejor dicho, un tipo con personalidad. Para lo bueno y para lo malo. Muy seguro de sí mismo y con convicciones férreas, suele ser muy polémico y no soporta las críticas. Arrogante, irónico, a veces mordaz, chulo, especialmente cuando su equipo pierde, tendrá que tener cuidado en las ruedas de prensa. Debe saber una cosa. En 'farsi', el idioma que se habla en Irán, 'tú' se dice 'khodete' (se pronuncia 'jódete'). Podría meterse con los periodistas sin que se den cuenta. Pero, por suerte, los iraníes adoran a los extranjeros. Algún malpensado dirá: "Hasta que conozcan a Clemente".

El dinero

Clemente es uno de esos entrenadores estrella que no quieren a su alrededor jugadores estrella que le hagan sombra. Por eso, en principio, no tendría problema en Irán. Él sería el centro de atención. Y como buen entrenador estrella tiene que cobrar mucho dinero, una versión vizcaína de los Capello, Ranieri, Benítez o Mourinho. Se convirtió en el seleccionador mejor pagado de la historia de Serbia. Y de poco les sirvió. En Irán tienen petróleo. Seguro que sabrán agradecerle sus servicios si finalmente coge la hoja iraní de la margarita.

Sociedad y costumbres

En Irán la dieta fundamental es a base de arroz y carne especiada. Javi no podría encontrar los pinchitos tan amados de su tierra o los reputados platos vascos. Eso sí, el caviar iraní vale mucho menos allí que en España. Podría ponerse las botas.Y el alcohol está terminantemente prohibido. Nada de txiquitos o zuritos. Su mujer tendría que usar el 'hiyab', ropa modesta que fundamentalmente consiste en vestir prendas holgadas que disimulen cualquier forma. Y, además, pañuelo en la cabeza que cubra pelo y cuello. Ya sería decisión de ella si quiere acompañarle en verano. Y es peligrosísimo acostarse con una mujer iraní. Puede estar penado con la muerte. Pero a Clemente eso no le importa. Quiere a su mujer y al fútbol. Sin un banquillo se aburre. Y ése sería el principal motivo por el que Javi acudiría a Irán.

Y, Clemente, si al final te decides, harás que Irán se acerque un poco más a España, porque los medios españoles, aunque te odien, te siguen allá donde vayas. Y ten cuidado, no te rompas nada que te impida viajar en avión. Que Irán está un poco lejos para ir en coche, como cuando te fuiste de Bilbao a Serbia en automóvil por romperte alguna que otra costilla por culpa de la puerta de tu garaje. Y si lo haces, hazlo bien.