La "reina" de los cruceros dice adiós a los mares en última vuelta al mundo

Montevideo.-  El Queen Elizabeth II, uno de los mayores cruceros activo con cuarenta años de historia, atracó hoy en Montevideo como una de las escalas de su última vuelta al mundo, antes de convertirse en noviembre próximo en un hotel flotante en el emirato de Dubai.

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(EFE)

Uno de los viajeros del crucero Queen Elizabeth camina tras la llegada del barco hoy al puerto de Montevideo (Uruguay), como parte de su último viaje alrededor del mundo.

"Ésta es la despedida de la reina", aseguró a Efe el director social del barco, Thomas Quiñones, quien en sus quince años de trabajo en este crucero completó diez veces el recorrido alrededor del mundo.

Desde que partió de Southampton (sur de Inglaterra) el pasado 6 de enero, el Queen Elizabeth II, que cruzó ochocientas veces el Atlántico, atracó en Nueva York y Río de Janeiro y mañana continuará su recorrido hacia Chile, las islas del Pacífico, Nueva Zelanda, Australia, Hong Kong, Japón, Singapur, Hawai, cruzará el Canal de Panamá, atravesará el Caribe y volverá "a casa" el 18 de abril.

Los 1.650 pasajeros disponen de un casino, un centro comercial, un banco, saunas, siete restaurantes, tres piscinas, un teatro y una biblioteca con 6.000 libros, entre otros servicios que ofrece el barco.

Un equipo de más de 1.000 tripulantes, encabezados por el capitán inglés Ian McNaught, se encargan de que no les falte nada a los viajeros y ofrecen una atención casi de "uno a uno", resaltó el director social.

Para Quiñones, todos los recuerdos que se venden en la tienda del barco se han convertido en objetos de colección y cada semana el capitán firma y sella cientos de carteles y postales para autentificarlos.

"Algunas señoras mayores ya son clientes fijos que repiten cada año la vuelta al mundo", explicó Quiñones, quien añadió que entre los pasajeros se encuentran principalmente ingleses y estadounidenses aunque también algunos brasileños, españoles, franceses e italianos.

Christine Lazell y Leona Gibbons tienen veinte años y no responden al perfil de pasajero que uno se puede imaginar a bordo de este tipo de cruceros, de edad más avanzada y con un nivel adquisitivo alto.

"Tenemos muchas ganas de cruzar hacia el Océano Pacífico y de llegar a Australia", aseguraron a Efe las dos jóvenes a su bajada del barco para visitar Montevideo.

Las dos estudiantes londinenses salieron en el barco de Southampton el pasado 6 de enero y están disfrutando del recorrido con un grupo de más de un centenar de jóvenes que permanecerán a bordo hasta el regreso a Inglaterra.

En las escalas, los viajeros aprovechan para recorrer la ciudad en la que atracan, realizar alguna excursión a lugares próximos e incluso acercarse a algún campo de golf para practicar ese deporte.

El precio del viaje oscila entre los 5.000 y 8.000 dólares en una habitación normal por los cuatro meses, y en otros casos alcanza los 250.000 dólares por las habitaciones dobles de máximo lujo.

El Queen Elizabeth II, que tiene unos 294 metros de eslora, ha dado 25 vueltas al mundo en sus cuarenta años de historia y ha transportado a más de dos millones y medio de pasajeros, entre los que destacan personajes como la reina Isabel II de Inglaterra, la princesa Diana de Gales, los músicos Elton John y Mick Jagger, y los actores Tony Curtis y Judi Dench.

"Jamás se me olvida el viaje con el ex presidente de Sudáfrica Nelson Mandela en 1998", aseguró Quiñones, quien también recordó con cariño a la Reina Madre de Inglaterra, quien realizó tres viajes en el crucero.

En 1982 el transatlántico fue requerido como embarcación para transporte de tropas durante la guerra que enfrentó el Reino Unido y Argentina en las Islas Malvinas, lugar que visitarán una vez que abandonen Uruguay.

El Queen Elizabeth II realizará otros viajes más cortos por Europa hasta que en noviembre pase a manos de la compañía Istithmar, filial de la compañía Dubai World, que lo compró el año pasado por 50 millones de libras (unos 99 millones de dólares), para su remodelación como hotel flotante de cinco plantas en Palm Jumeirahm, una isla artificial de Dubai.

Este crucero es uno de los buques insignia de la compañía marítima Cunard, que también posee el Queen Mary II y el Queen Victoria.