Lula cree exagerada la alarma por el aumento de la deforestación en la Amazonía

Brasilia.-  El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró hoy exagerada la alarma ante los aumentos registrados en la tasa de devastación de la Amazonía y puso en duda la tesis de que responde a la expansión de la frontera agrícola.

ampliar foto

(EFE)

Según el WWF, la Amazonía brasileña, que representa el 60 por ciento de la región, ha perdido ya casi el 18 por ciento del total de sus siete millones de kilómetros cuadrados, que atesoran la reserva biológica más rica que existe en el mundo.

"El médico detecta un tumorcito, y en vez de hacer una biopsia y saber cómo lo van a tratar, uno sale diciendo que está con cáncer", dijo Lula al criticar en forma figurada a quienes han alertado sobre los riesgos que corre el llamado "pulmón del planeta".

El presidente aclaró, sin embargo, que es necesario hacer todos los esfuerzos necesarios para controlar la destrucción.

La semana pasada, el Ministerio del Ambiente informó que, según datos preliminares, la Amazonía perdió 3.235 kilómetros cuadrados de bosques en los últimos cinco meses del 2007, lo que calificó como un aumento "nunca visto" en las tasas de deforestación.

No obstante, el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales alertó de que esa pérdida de floresta en los últimos meses del año pasado puede llegar a superar los 7.000 kilómetros cuadrados, una vez que se disponga de los datos consolidados.

La ministra del Ambiente, Marina Silva, barajó la expansión de la actividad agrícola como una de las posibles causas, una tesis en la que tuvo respaldo de organizaciones no gubernamentales pero que fue negada de plano por el titular de Agricultura, Reinhold Stephanes.

Lula declaró hoy que no se puede responsabilizar a nadie, ni "a la soja, ni al ganado ni a los campesinos sin tierra", sin antes investigar el asunto.

Afirmó además que está decidido a "comprar la pelea con las organizaciones no gubernamentales que asocian la devastación a la expansión de la frontera agrícola".

Según el presidente, esos grupos ecologistas, en su gran mayoría europeos o estadounidenses, "precisan, en primer lugar, ir a plantar árboles a sus países".

Tras la divulgación de los últimos datos sobre deforestación, el Gobierno anunció una serie de medidas de refuerzo en la vigilancia y un endurecimiento de las penas para los responsables.

Entre esas medidas se determinó que los hacendados y dueños de empresas en cuyas tierras se compruebe una alta tasa de degradación no podrán recibir más créditos públicos.

También se advirtió de que el Gobierno podría llegar a expropiar las tierras, en caso de que el derribo de árboles supere los niveles autorizados.