"La UE y EEUU permiten que algunos gobiernos pasen por demócratas"

Las democracias occidentales han comenzado a aceptar elecciones fraudulentas en terceros países por motivos de conveniencia política. Ésa es una de las principales conclusiones del informe de 2008 de la Organización Internacional de Derechos Humanos Human Rights Watch (HRW), que se publica hoy.

JON HRUSA (EFE)

NAIROBI (KENIA) Policías paramilitares keniatas sofocan brotes de violencia tras las elecciones de diciembre pasado.

En el documento, HRW acusa en particular a Bruselas y a Washington porque "permiten que figuras autocráticas se presenten como demócratas" y no reclaman que dichos gobernantes "garanticen los derechos civiles y políticos que caracterizan a las democracias" con lo que se corre el riesgo de socavar "los derechos humanos en el mundo".

El informe señala, entre otros, los casos de Kenia y Pakistán, dos estados que, según HRW, agitan el estandarte democrático pero no respaldan derechos básicos. Muchos otros gobiernos desde Rusia a Jordania, Bahrain, Nigeria o Tailandia actuaron "como si por el simple hecho de celebrar elecciones se pudiera considerar que son democracias. Y Bruselas y Washington les siguieron el juego".

Según Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW, "hoy día los autócratas pueden mantenerse al frente de falsos regímenes democráticos porque muchos gobiernos occidentales los sancionan, exigiendo a cambio que convoquen elecciones y nada más". La organización insiste en que la Unión Europea y Washington deberían reclamar a los gobiernos que respalden los derechos fundamentales recogidos en la ley internacional, incluidos la libertad de prensa y el derecho al voto secreto.

"Pero, al parecer", señala Roth, "los gobiernos de Europa y Estados Unidos están dispuestos a aceptar los resultados incluso de las elecciones más dudosas siempre que el 'vencedor' sea un aliado comercial o estratégico".

En Pakistán, indica el informe, donde el presidente Pervez Musharraf ha alterado el terreno electoral reescribiendo la constitución y silenciando a los jueces independientes, se espera la celebración de elecciones en febrero. Sin embargo, los principales donantes de ayuda a Islamabad, Londres y Washington, se han negado a condicionar sus contribuciones a que Musharraf mejore las circunstancias que preceden a los comicios.

Hoy mismo, varios miles de abogados paquistaníes exigían la liberación del depuesto presidente del Tribunal Supremo, Iftikhar Chaudhry, en una nueva jornada de protestas en las principales ciudades del país. Chaudhry se encuentra bajo arresto domiciliario desde el 3 de noviembre pasado, cuando Musharraf declaró el estado de excepción. Junto a las protestas callejeras, los abogados paquistaníes boicotean cada jueves las audiencias en los tribunales del país, a las que no acuden en solidaridad con Chaudhry y otros jueces y abogados que siguen bajo arresto.

"La situación en Pakistán es una burla"

"Es cierto que el Consejo de la UE y la Comisión Europea no son lo suficientemente críticos", dice el eurodiputado español Emilio Menéndez del Valle. "La situación en Pakistán es una burla, sobre todo por las actuaciones contra las instituciones judiciales; el Gobierno de Sudán toma el pelo a la UE, haciendo escarnio de los derechos humanos, y la inacción de Bruselas en la cuestión Palestina es frustrante, porque no hay un consenso en la política exterior de la Unión.

"Pero desde el Parlamento Europeo denunciamos con bastante frecuencia estos casos", puntualiza Menéndez del Valle, quien fue integrante de la misión europea a las elecciones de Kenia el pasado diciembre. "En el caso de Kenia -donde los comicios han dejado una estela de 850 muertos- apoyamos la estrategia del ex Secretario General de la ONU Kofi Annan, centrada en lograr un acuerdo provisional entre gobierno y oposición para parar la sangre. Nosotros recomendamos que se repitieran los comicios", indica el eurodiputado, quien se muestra de acuerdo con HRW en que la democracia "no solo consiste en ejercer el voto".

En el informe, HRW es también crítico con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), cuya presidencia tuvo España durante el 2007, porque aunque su misión es "promover la democracia, los derechos humanos y la seguridad, le ha concedido la presidencia en el 2010 a Kazajistán", un país con vastas reservas de gas y petroleo pero con un régimen represor. En agosto pasado, el partido dominante ganó todos los escaños de la Asamblea en unos comicios, que los propios observadores de la OSCE descalificaron al considerar que fueron fraudulentos.