Un "clamor" empuja a Kirchner a ejercer el liderazgo formal de su partido

Buenos Aires.-  A casi dos meses de dejar la presidencia de Argentina en manos de su esposa, Néstor Kirchner se propone encolumnar detrás de su figura al peronismo gobernante, cuyo liderazgo es objeto de peleas que se dirimen en la Justicia.

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(EFE)

Desde la semana pasada, un coro de gobernadores, alcaldes y dirigentes clama públicamente que el ex presidente (2003-2007) debe ser el futuro titular del Partido Justicialista (PJ, peronista), intervenido desde 2005.

Desde la semana pasada, un coro de gobernadores, alcaldes y dirigentes clama públicamente que el ex presidente (2003-2007) debe ser el futuro titular del Partido Justicialista (PJ, peronista), intervenido desde 2005.

Si bien todo parece indicar que Kirchner y sus seguidores conseguirán ese objetivo, en la fuerza hay sectores dispuestos a disputar la jefatura del PJ en unas elecciones internas que, se presume, pueden celebrarse a mediados de este año.

"La mayoría se va a encolumnar detrás de Kirchner. Esa dinámica es propia del peronismo: ubicarse con quien tiene el poder hasta que deja de tenerlo. Pero habrá un sector que no se integrará", señaló hoy a Efe el analista Ricardo Rouvier.

El justicialista Kirchner accedió al poder como candidato del Frente para la Victoria (FV), la fuerza que conformó al margen del PJ y que en los comicios nacionales de octubre último llevó como postulante a su esposa y actual presidenta del país, Cristina Fernández.

El diputado del FV Carlos Kunkel, uno de los principales estrategas del oficialismo, recordó: "cuando Kirchner asumió como presidente hubo sectores que decían que también debía asumir la jefatura del PJ, lo cual hubiera sido una irresponsabilidad muy grande por la situación (de crisis) que vivía el país".

Con la recuperación económica de Argentina y la también peronista Fernández como jefa del Estado "la situación ha cambiado" y "permite que Kirchner siga con su tarea militante", declaró a Efe el legislador.

La fuerza, que cuenta con cuatro millones de afiliados, está intervenida desde 2005 por una jueza electoral que consideró que la formación se encontraba en "estado de acefalia" desde 2003.

La magistrada ordenó "normalizar" la situación del partido, para lo cual los miembros de la Mesa del Consejo del PJ (órgano de dirección) o el interventor de la fuerza deberán convocar un Congreso Nacional para constituir una Junta Electoral y celebrar comicios para elegir a sus autoridades.

El PJ fue fundado por el tres veces presidente del país Juan Domingo Perón en 1946 y desde entonces ha sido protagonista de la historia política del país junto a la centenaria Unión Cívica Radical, que hoy está en crisis y al borde de la disolución.

En el peronismo las luchas intestinas son una constante y hoy Kirchner cuenta como rivales dentro de la fuerza con otros tres ex presidentes argentinos: Carlos Menem (1989-1999), Adolfo Rodríguez Saá (2001) y Eduardo Duhalde (2002-2003).

"Ni Menem ni Rodríguez Saá van a sumarse a esta experiencia, aunque Kirchner los necesite como minoría para legitimarse en una elección interna. Pueden declarar ilegal todo el procedimiento e ir por fuera del PJ. Ahora, Duhalde es distinto", opinó Rouvier.

Al igual que Kirchner, Menem no se ha pronunciado públicamente sobre este asunto, mientras que partidarios de Rodríguez Saá aseguraron que concurrirán con candidatos propios a los comicios para elegir autoridades partidarias.

A su vez, Duhalde ha pasado de ser el principal impulsor de la candidatura presidencial de Kirchner en 2003 a convertirse en uno de sus principales opositores puertas adentro del peronismo.

El analista Rouvier estimó que Duhalde, quien por ahora permanece en silencio, "se va a integrar o a aceptar pasivamente la reorganización del PJ", ya que "sabe dónde está el poder y no querrá estar muy lejos de él".

La sorpresa la dio el empresario y diputado Francisco De Narváez, quien en unas declaraciones publicadas hoy por la prensa dijo que le peleará a Kirchner la jefatura del peronismo y sostuvo que un "partido político no puede manejarse como un club de fútbol".

"Queremos que todos los dirigentes participen, van a tener la oportunidad de demostrar su representatividad. En las últimas elecciones Menem quedó en el cuarto puesto en Anillaco (su pueblo natal), ojalá que se presente", dijo Kunkel, quien fuera el jefe político del matrimonio Kirchner en la década de los años 70.