El plan fronterizo de la UE, una copia con muchas lagunas

La Comisión Europea ha propuesto hoy fichar a los extranjeros que entren en territorio comunitario en el marco de un plan para controlar las fronteras comunitarias exteriores muy similar a la política de seguridad estadounidense.

OLIVIER HOSLET (EFE)

El comisario europeo de Justicia, Seguridad y Libertades, Franco Frattini.

El proyecto, presentado por el comisario europeo de Justicia, Seguridad y Libertades, Franco Frattini, tiene como objetivo endurecer las medidas contra la inmigración ilegal, el terrorismo y el crimen organizado. La iniciativa más llamativa es la creación de un registro informático de entradas y salidas en el que se ficharían a ciudadanos de terceros países con datos biométricos, como un escáner de cara o de las huellas dactilares.

Estas medidas de seguridad son similares a las ya adaptadas por Estados Unidos tras los atentados del 11-S, en el marco de la lucha contra el terrorismo, y se acercan a su forma de entender la seguridad. Las autoridades de inmigración estadounidenses toman a los pasajeros las huellas dactilares y las incorporan a un banco de datos compartido con el FBI.

El plan de la Unión Europea, sin embargo, no está tan marcado por la amenaza terrorista sino por la inmigración. Según ha explicado Frattini, la principal causa de la inmigración ilegal está en las personas que llegan de forma lícita a alguno de los países comunitarios para un periodo temporal y luego se quedan ilegalmente. Cada año entran y salen de Europa 300 millones de personas.

Para las personas consideradas de bajo riesgo, la Comisión Europea ha propuesto crear otro registro en el que sus datos queden grabados de forma permanente (a través del iris, por ejemplo) para facilitar y acelerar los trámites. Así, existiría un base de datos de "viajeros honestos" o "de buena fe", según los ha denominado Frattini.

La segunda iniciativa de peso que prevé el plan presentado hoy es un sistema de autorización electrónica del viaje. Esto significa que las personas que quieran introducirse en territorio comunitario tendrán que registrarse previamente en internet, donde las autoridades podrán ver sus datos y verificar si existe alguna advertencia sobre ellos. Este sistema se aplica ya en Estados Unidos y Australia. También en este punto la política de Bruselas se asemeja cada vez más a la de Washington.

"Me preocupa que esto sea un paso más hacia un estado prevencionista"

Aunque Frattini ha asegurado que el registro biométrico se empleará únicamente para detectar a los inmigrantes que estén superando ilegalmente el tiempo de estancia y no para la lucha contra el terrorismo, al igual que en su día en Estados Unidos, el plan no está exento de controversia y, desde su inicio, ha sido acogido con cierto recelo.

¿Cuáles son los temores? El crecimiento del seguimiento estatal, la proliferación de ficheros sin ton ni son, el uso o abuso que se haga de los datos, su pérdida o la sensación de presunción de culpabilidad son algunos de los que más se han citado. Los primeros que han mostrado su disconformidad con el plan han sido legisladores europeos, asociaciones en defensa del derecho a la privacidad e incluso la propia policía.

La UE creará un fichero con datos biométricos de los pasajeros.

La ministra de justicia alemana, la socialdemócrata Brigitte Zypries, ha sido una de las voces más críticas con el plan de la Comisión Europea. Zypries ha llegado a manifestar sus dudas de estas medidas "sean compatibles" con la Constitución alemana.

"Me preocupa que esto sea un paso más hacia un estado prevencionista que ya controla a los ciudadanos sin una causa", ha declarado la ministra. Según Zypries, la lucha contra el terrorismo ha enseñado que, en lo que a "acopio de montañas de datos" se refiere, "menos es más".

Sin embargo, la que más dura se ha mostrado con el refuerzo de las fronteras exteriores del espacio europeo ha sido Privacy International, una organización que defiende el derecho a la intimidad.

En un documento la organización desgrana las principales críticas a las fallas y lagunas del plan:

• Los ciudadanos de la UE también serán registrados en los ficheros cada vez que salgan y vuelvan a entrar en Europa.
• La propia Comisión reconoce que los beneficios que van a obtenerse con respecto a la lucha contra el terrorismo son mínimos.
• Se controlará a gente que nunca ha cometido ningún delito y que no requiere visa para introducirse en la UE.
• El plan causará caos y ralentizará los procesos en los aeropuertos y aduanas.

Pero la validez moral de los ficheros de datos biométricos no ha sido lo único que se ha puesto en tela de juicio. Representantes policiales y diplomáticos dudan que el almacenaje de información pueda ser una opción útil para afrontar problemas como el terrorismo, la inmigración o a delincuencia organizada. Para Jan Velleman, portavoz de la Confederación Europea de Policía (Eurocop), las bases con datos de ciudadanos se están creando sin una estrategia global y que eso podría preocupar a los ciudadanos celosos de su intimidad.

Washington marca el compás

Estados Unidos, quien parece que ya ha extendido su doctrina sobre seguridad al otro lado del Atlántico, ha expresado en varias ocasiones su deseo de que los 27 refuercen sus mecanismos de seguridad y el control. La principal razón es que quienes entran en el recién ampliado espacio de Schengen, una vez dentro, pueden moverse con libertad.

Aerolíneas como British Airways recopilan ya para las autoridades de Reino Unido, Estados Unidos, Canadá o Japón los datos de sus viajeros por adelantado. Aún así, la última petición de Washington pretende que las autoridades presionen a las compañías aéreas europeas para que acepten policías armados a bordo y que le sean facilitados más datos sobre los pasajeros que vayan a volar a Estados Unidos.

Sin embargo, todavía queda bastante tiempo para que el plan presentado por la Comisión eche a andar. Las propuestas del Ejecutivo comunitario primero deberán ser debatidas con los Estados miembros, el Parlamento y los sectores afectados. A partir del año que viene se presentarán las primeras propuestas legislativa. Para 2015, quizás, los turistas empiecen a dejar sus huellas biométricas en los ficheros comunitarios.