Los escolares catalanes aplauden la llegada del Tirant de Bieito a Barcelona

Barcelona.-  Escolares de varios institutos catalanes aplaudieron anoche la llegada de Tirant lo Blanc en su enorme caballo de cartón al escenario del Teatro Romea en la primera función barcelonesa del espectáculo de Calixto Bieito sobre la gesta épica y amorosa del caballero.

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(EFE)

En la imagen, el director artístico del teatro Romea, Calixto Bieito.

El espectáculo, estrenado con motivo de la participación de la cultura catalana como invitada de honor en la Feria del Libro de Fráncfort 2007, se ha instalado ya en el teatro que dirige Bieito.

El director no ahorró a los escolares ninguna escena del montaje y éstos, bien sea dicho, participaron de lo lindo en la fiesta que plantea Bieto en su recreación teatral de la novela del siglo XV.

Las palabras escritas por el valenciano Joanot Martorell (1414-1468) llenaron la sala de un catalán antiguo que a los jóvenes les costaba entender, a pesar de que ya habían leído el texto.

"He leído el libro y al principio cuesta coger el hilo", comentó en el intermedio de esta obra de tres horas de duración una alumna de primero de bachillerato del IES Torrebembarra (Tarragona).

Aún así, los jóvenes disfrutaron del espectáculo e interactuaron en él aceptando las invitaciones de los actores a degustar mosto o siguiendo las provocaciones de las actrices.

Un muchacho de Lleida comentaba a sus amigos al final de la obra que le había parecido ver "un dramón en forma de cómic".

Tras la función, Carles Canut (el emperador), estaba encantado, tal y como comentó a Efe, con la participación del público en la primera función escolar de esta obra coral interpretada por el elenco de la compañía del Romea.

Los guiños al origen del autor del libro de caballerías son constantes a lo largo de la obra, desde el atuendo de la emperatriz (Begoña Alberdi), vestida de valenciana o de fallera mayor, a la degustación de paella.

El Duc de Macedonia (Mingo Ràfols) contribuye a esa alusión a Valencia en uno de los momentos del espectáculo con la entrega al público de unos folletos publicitarios de "sol y playa" (sonne und strand für alle!") o "arena, chicas y aguas cristalinas" de una playa que bien podría ser la de Benidorm.

Realmente, el espectáculo es una fiesta o "una cantata sobre la vida y la muerte", tal como la presentó Bieito, con música de Carles Santos, cuya particular estética está también presente en la obra.

El retablo sobre el gozo con dramaturgia de Bieito y Marc Rosich tiene algunos momentos de sangre y sudor, el primero de ellos en una especie de bacanal con tintes de mural de la serie negra de Goya "Saturno devorando a un hijo", y el segundo por la actividad desenfrenada de los actores sobre el escenario, en especial la de Negrié (Tirant) y Albet (Hipólito).

De hecho, los escolares fueron a Negrié y sobre todo a la cantante Beth, que encarna a Carmesina, la amada de Tirant, y a Albet a los que dedicaron al final sus ovaciones más calurosas.

Albet, conocido sobre todo por sus actuaciones televisivas, se mostró tal como vino al mundo y así permaneció casi en todo el espectáculo, ante la mirada atenta, sobre todo, de las adolescentes.

Bieito tiene también un recuerdo en el escenario para la Roma de Fellini, con un desfile de modelos, y para el Berlín que vio el estreno del espectáculo, haciendo lucir a la Beth una camiseta con el lema: "I love Berlín".

La función se desarrolla en una pasarela alrededor de la cual se instala el público, y los que se sentaron más cerca participaron de lleno en la acción, sosteniendo la mirada de las actrices o recibiendo el bautizo de agua a los infieles que distribuía Tirant con una botella de plástico.

Al parecer, hasta llegar al Romea, el montaje estrenado en Berlín ha madurado, y muestra a un Negrié ya muy en su papel dramático.

Bieito no ha intentado volcar toda la obra en su espectáculo "sino las partes que me conmueven, las más divertidas, en las que se puede captar el erotismo de la novela", según explicó a Efe.