Cineflash

'Asuntos privados en lugares públicos' de Alain Resnais, 'Jumper' de Doug Liman, 'Km 31' de Rigoberto Castañeda, Plaga final' de Régis Wargnier, 'Sweeney Todd', de Tim Burton.

Nuestro crítico de cine, Federico Volpini, comenta esta semana cinco estrenos:

'Asuntos privados en lugares públicos' de Alain Resnais

Cruce de abandonados de sí mismos cuyas huellas va cubriendo la nieve. Pareja "glamourosa" en horas bajas a la busca de piso, camarero y su padre, agente inmobiliario y compañera de la liga cristiana, las dos ligas cristianas, y -previa cita- hermana del agente con oferta para toda la vida. La película de Resnais, tierna, amarga, no realmente divertida en los momentos en que pretende serlo, pasea por la existencia cotidiana.

'Jumper' de Doug Liman

Saltar a otro momento del espacio. Con un gesto. La posibilidad, visitada mil veces por el cine, se aborda aquí de un modo diferente, divertido. Lástima que, desde el planteamiento mismo (que se cuenta, por desgracia, avanzada la trama), con esos ridículos -para empezar por inexplicados- "paladines" medievales que persiguen a los saltadores filo en mano, todo vestigio de inteligencia, y por ende de disfrute, se malogre.

'Km 31' de Rigoberto Castañeda

Calle que en su día fue un río. Una y otro no paran de fluir en el tiempo. Confusa recreación del mito de La Llorona, con dos hermanas conectadas psíquicamente, antagonista mejicano, amigo español cuyo principal cometido es el de justificar la coproducción, niño, madre, abuela y sustos más tediosos que impactantes sobre ambiente algo desenfocado.

'Plaga final' de Régis Wargnier

No ha habido pases más que en la ciudad de Barcelona. Quizá pretendan que solamente allí se vea.

'Sweeney Todd', de Tim Burton

La sangre, cuando corre de verdad, es que escapa del cuerpo. No lo puede ni ver. Pues porque está encerrada. "Sweeeny Todd" es el libertador. Le abre a la sangre el mundo. Maravilloso cuento, tan terrible, truculento y salvaje como uno imaginaba los cuentos cuando niño. Por desgracia, el niño debe crecer deprisa. Para verlo. Dos horas de disfrutar de miedo.