Ballet Flandes recala en Barcelona con "Impressing the Czar", de Forsythe

Barcelona.-  El Ballet Real de Flandes recala en el Teatre Lliure de Barcelona mañana y el día 28 con la coreografía "Impressing the Czar" (Impresionando al Zar), una clásica creación del norteamericano William Forsythe, que data de 1988, dirigida ahora por la australiana Kathryn Bennetts.

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(EFE)

Ensayo general del ballet "El sueño del emperador", producción belga, a cargo del Real Ballet de Flandes.

Con todas las entradas ya vendidas, el público barcelonés podrá ver por primera vez esta representación en cuatro actos, que Bennetts ha considerado hoy como "una montaña rusa que te deja, al final del viaje, agotado".

Forsythe, que a sus 59 años es el coreógrafo más importante de su generación, creó este espectáculo hace veinte años, cuando estaba en el ballet de Fráncfort y contaba con Bennetts de ayudante.

Precisamente, ella ha rememorado hoy que fue una época "en la que se quemó nuestro teatro y tuvimos que estar un tiempo fuera, por lo que la obra en sí es el resultado de aquel período loco".

En la primera parte, "Potemkins Unterschrift" (La firma de Potemkin), los bailarines representan una reflexión sobre el arte y su historia a lo largo de los tiempos, con los artistas debiendo justificar siempre su existencia.

La segunda parte, "In the Middle, Somewhat Elevated" (En medio, algo elevado), es una pieza que ha dado renombre mundial a Forsythe, representándose en numerosas ocasiones al margen de "Impressing the Czar".

Sin apenas decorado, se trata, a juicio de Bennetts, del corazón del espectáculo, con unos bailarines que son "pura energía", con toques divertidos ya que acaban vestidos de dorado y son como una mercancía que se subasta.

La representación continúa con "Bongo Bongo Nageela", en la que se presenta una ambientación escolar acompañada por un sentido del humor ácido y una danza agresiva y atávica que interpretan los bailarines disfrazados con uniformes escolares ingleses, con falda plisada incluida.

Este momento conduce hasta la última parte, "Mr. Pnut Goes to the Big Top", en la que una cincuentena de bailarines acaban ocupando el escenario, con una imagen "muy loca", según la directora artística del espectáculo.

A pesar del tiempo transcurrido desde su primera puesta en escena, Bennetts sostiene que todavía es una obra "muy moderna" y demuestra que Forsythe se adelantó a su tiempo puesto que, al final, aunque no existan subastas de artistas, sí que ahora "hay muchas empresas que pagan por horas a bailarines para que animen sus fiestas".

A la pregunta sobre la dificultad de dirigir un espectáculo de estas características, con tantos bailarines en el escenario, la australiana responde que "hay días que son más fáciles que otros, pero estoy encantada de estar en una compañía con gente con tanto entusiasmo y talento".

Cuando este hecho ocurre, ha proseguido, "no me importa dar toda mi energía. Lo que no acepto es que la gente no lo dé todo".

El Ballet Real de Flandes, que depende del gobierno de esta nación y cumplirá 40 años en 2010, cuenta con 52 bailarines procedentes de varios estados de todo el mundo, entre ellos los españoles Mikel Jauregui, Pedro Lozano y Altea Núñez.