El programa terapéutico para maltratadores tuvo 126 asistentes en 2007

Pamplona.-  Durante el pasado año 163 personas asistieron al programa terapéutico para víctimas del delito que presta el Gobierno de Navarra, casi un 60% más que en 2006, y otras 126, la mayoría hombres, acudieron al programa terapéutico para maltratadores, un 41,6% más.

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(EFE)

La consejera de Asuntos Sociales, Familia, Juventud y Deporte, Maribel García Malo (i), a su llegada al acto de constitución de la nueva Comisión de Seguimiento del Acuerdo Interinstitucional para la atención integral a mujeres víctimas de maltrato doméstico y/o agresiones sexuales que presidió en Pamplona.

Según los datos facilitados hoy por el Ejecutivo, de los 163 asistentes al programa de víctimas del delito un total de 107 lo eran de la violencia machista y 17 personas más habían sufrido agresiones sexuales.

Añade que el 77% de las víctimas de la violencia machista tienen o han tenido una relación afectiva con su agresor y que en su mayor parte están inmersas en procesos judiciales o han presentado una denuncia, aunque hay otros casos en los que han retirado la denuncia y conviven con su agresor o en los que aún no han decidido acudir a la policía pero están en situación de riesgo.

Este programa prepara a la víctima para que afronte en las mejores condiciones posibles y con las máximas garantías el juicio oral, dado que para ellas constituye una situación nueva y estresante que puede reactivar la sintomatología de ansiedad padecida en el pasado.

Además, al encontrarse en el juzgado con un agresor al que no han visto desde hace tiempo, es probable revivir situaciones de miedo y para prevenirlas se les informa sobre el desarrollo de la vista y se trabajan técnicas de relajación.

En todos los casos, la atención terapéutica a las víctimas consta de tres fases, la primera el tratamiento psicológico individual que hace hincapié en los diferentes síntomas y déficit detectados y se ocupa de la expresión emocional y ciertas habilidades para afrontar el problema.

Posteriormente se reciben tratamientos grupales, junto con otras 6 u 8 personas, lo que permite a las víctimas que han atravesado situaciones similares reducir la ansiedad y avanzar en la comprensión de las secuelas del maltrato y evaluar los logros; y por último, durante un año, se efectúa el seguimiento del caso.

En 2007 el servicio programó 1.113 sesiones, 1.082 de terapia individual, 16 grupal y 11 de pareja.

El 57% de las nuevas personas atendidas en terapia tenía entre 31 y 50 años y las españolas representaron el 75%, sin embargo el 50% de las intervenciones urgentes de psicólogos las solicitan personas extrajeras, por lo que se entiende que muchas víctimas no permanecen en los programas terapéuticos bien por razones culturales o por la dificultad para compatibilizar éstos con su trabajo y vida diaria.

Además, se ha detectado un mayor número de menores de edad víctimas de abusos sexuales, bien por otros mejores o por personas ajenas a su familia, y de hecho en 2007 el 11% de las nuevas incorporaciones a los tratamientos psicológicos eran de menores.

Por delitos, 107 eran víctimas de violencia de género, 22 víctimas secundarias, 17 sufrieron episodios de violencia contra la libertad sexual, 3 agresiones, 2 se vieron afectadas por asesinatos, 2 por atracos y 1 por acoso escolar.

En cuanto al programa para maltratadores, éste ofrece en modalidad ambulatoria, voluntaria o por sentencia judicial, o en prisión, siempre de forma voluntaria y tras una primera selección a cargo de la Junta de Tratamiento de Centro Penitenciario entre los reclusos por delitos de violencia doméstica.

En esta selección se tienen en cuenta factores como el grado de peligrosidad del maltratador, su voluntad de acceder al programa, el reconocimiento de que tiene un problema o su motivación para cambiar la conducta.

Del total de asistentes a las terapias en 2007, 90 lo hicieron por el sistema ambulatorio, 14 de forma voluntaria y 76 tras una condena, y otros 36 lo recibieron en prisión

Las sesiones terapéuticas pueden ser individuales, grupales y, en algunos casos, de pareja y persiguen garantizar la seguridad de la mujer maltratada, prevenir situaciones de maltrato posteriores, impedir la extensión del maltrato, la responsabilidad de los propios actos, fomentar el sentimiento de autocontrol, desarrollar habilidades de comunicación y conducta asertiva y tomar conciencia de la relación entre la violencia hacia las mujeres y la educación recibida.

De los 126 asistentes en 2007 a este programa, prácticamente la mitad de nacionalidad española, 70 lo fueron de nueva incorporación y un 73% de ellos tenía entre 31 y 50 años, mientras que otro 21% estaba entre los 18 y los 30 años.