Va por ellas

Discretas, elegantes, sonrientes y amables. Sonsoles Espinosa y Elvira Fernández Balboa, tienen mucho más en común que lo que tienen sus maridos, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Ninguna de las dos es amante de los focos, pero aconsejadas por jefes de campaña y directores de imagen de PSOE y PP, ambas han apoyado con su presencia mítines y comparecencias públicas de Zapatero y Rajoy. Ayer fue el colofón a todas esas apariciones y las dos dieron una lección de estilo a predecesoras, modelos recién casadas, ex mujeres de presidentes casados ahora con modelos y mujeres de ex presidentes.

Y es que hay que ser muy fantasioso para imaginar, por ejemplo, a Sonsoles Espinosa, como hizo en su día Cecilia Sarkozy, diciendo que no ha votado a su marido, o a Elvira Fernández Balboa, como suele hacer Carla Bruni, con los pelos por la cara y amarrada a su marido como si fueran los amantes de Teruel -viajecito a Eurodisney incluido-. Todavía hay que ser más imaginativo para pensar en cualquiera de las dos organizando un bodorrio para la niña en El Escorial, enseñando los cortinajes nuevos de La Moncloa o compartiendo yate con Briatore. O aún mejor, y esto ya sí que es un esfuerzo, imaginar a Sonsoles o Elvira exigiendo a su marido disculpas a través de un periódico de tirada nacional por flirtear en público, como hizo Verónica Berlusconi (claro que en este caso lo difícil es imaginar a Rajoy o Zapatero flirteando).

Sonsoles Espinosa ya dejó claro antes de que su marido fuera elegido presidente del Gobierno que su vida privada seguiría siéndolo y decidió no conceder entrevistas porque su vida no le interesaba a nadie cuando Zapatero no era candidato y "ahora tampoco", explicó. De hecho sigue guardando con celo su intimidad y no permite que los medios accedan al despacho donde trabaja su marido. "Imposible, de estos árboles para allá no se puede pasar", dijo Zapatero a El País en una entrevista. Elvira, igual que Sonsoles, se niega a ceder del todo a la figura pública que se le presupone y de hecho, en esta campaña, accedió a acompañar a Rajoy, pero de opinar públicamente,como le pidieron los asesores populares, lo justo.

Ninguna de las dos quiere implicarse en la carrera de su marido. Ambas son licenciadas (Sonsoles en derecho y Elvira en empresariales), trabajan (Sonsoles es cantante de lírica y Elvira trabaja en Telefónica, aunque pidió tres meses de excedencia para acompañar a su marido en campaña), tienen hijos y una vida al margen de la política. Las dos son elegantes (atrás quedaron las ondas en la media melena, los trajes de chaqueta en tonos pastel y los pareos a que nos tenía acostumbrados Ana Botella) y ayer dieron una lección de clase, cada una en su estilo. Y es que quizás lo mejor de ellos sean ellas.