Diferencias entre la etnia china y la mayoría malaya provoca una crisis en la oposición

Kuala Lumpur.-  La alianza opositora de Malasia, que por vez primera en cinco décadas erosionó el rígido dominio político de la coalición gubernamental, entró hoy en crisis a causa de lucha por el poder entre la etnia china y la mayoría malaya.

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(EFE)

El primer ministro de Malasia y líder del Frente Nacional, Abdullah Ahmad Badawi.

La crisis surgió después de que el Partido de Acción Democrática (DAP) amenazara con boicotear el nombramiento de un dirigente del Partido Pan-islámico de Malasia (Pas) como jefe del Gobierno del Estado de Perak, unos de los trece que integran la Federación de Malasia.

Lim Kiat Sing, asesor principal del DAP, el partido que ganó en Perak en las elecciones generales y a las asambleas estatales celebradas el pasado sábado, retiró el boicot a última hora para evitar la ruptura con los otros dos partidos asociados, aunque dejó abierta la crisis en la alianza opositora.

El candidato Pas, Mohamad Nizar Jamaludin, tomó posesión como jefe del Estado de Perak, al norte del país, donde a pesar de que la mayoría de la población es de la etnia malaya, se impuso el DAP, que defiende los intereses de la minoría china.

Las dos formaciones políticas concurrieron a las elecciones generales ligadas por una alianza impulsada por el Partido Justicialista Popular (Keadilan) del ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, con la finalidad de unir fuerzas contra el Frente Nacional del primer ministro, Abdullah Badawi, su enconado rival político.

Los dirigentes del DAP en Perak afirmaron que la reacción de Lim se debió a un "pequeño malentendido" por desconocer que la legislación de este Estado del norte del país estipula que el jefe del Gobierno sólo puede ser de la etnia malaya.

El intento del DAP de cerrar la crisis con un cambio de postura fue en vano, ya que el Partido Justicialista rechaza el equipo de Gobierno presentado por el Pas, al considerar que "no representa la composición de la población en Perak".

En este Estado, la coalición opositora consiguió un total de 31 escaños, incluidos 18 el DAP, siete el Partido Justicialista y seis el PAS, mientras que la coalición gubernamental o Frente Nacional obtuvo 28 diputados.

La amenaza de boicot se produjo unas horas después de que Lim Guang Eng, líder del DAP, denunciara que la denominada Nueva Política Económica (NPE) implantada por la coalición gubernamental en 1971, y que favorece a la mayoría malaya, "alienta la corrupción, el nepotismo y la ineficacia sistemática".

El primer ministro de Malasia, Abdullah Badawi, advirtió el miércoles a la oposición de que su plan de suprimir los privilegios de los que goza la mayoría malaya, provocará tensión racial en todo el país.

La NEP, defendida con tesón por el Gobierno central de Kuala Lumpur, da a la etnia malaya prioridad en el acceso a los puestos de trabajo, vivienda, educación, y a las subvenciones del Estado.

Por su parte, el presidente del Pas, Abdul Hadi Awang, quien de momento ha apartado de su programa la idea de convertir a Malasia en un Estado islámico, dijo que su partido abogará por "abolir los puntos negativos de la NEP y continuar con los positivos", sin ir contra las minorías étnicas.

En 2001, el DAP abandonó la coalición opositora, después de que el Pas reivindicara la creación de un Estado islámico en Malasia.

Además de ganar en los estados de Kelantan, Penang, Kedah, Perak y Selangor, la coalición opositora consiguió 82 de los 222 escaños que componen el Parlamento federal, frente a los 20 que obtuvo en los comicios de 2004.

El Frente Nacional, la coalición que gobierna Malasia desde su independencia en 1957, obtuvo 140 escaños del Parlamento federal, por debajo de los 198 asientos que tenía durante la pasada legislatura.