La oposición taiwanesa favorita en elecciones bajo la mirada china

Taipei.-  El candidato del opositor Partido Kuomintang (KMT), Ma Ying-jeou, parte hoy como favorito en unos comicios presidenciales claves para el futuro de los lazos con China y de la economía isleña.

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(EFE)

Un grupo de simpatizantes del partido de la oposición taiwanesa KMT y de su candidato a la presidencia, Ma Ying-jeou, desplegan una bandera del grupo político durante una manifestación en Taipei.

El KMT busca volver al poder y adoptar políticas más pragmáticas y menos beligerantes ante China, tras ocho años de gobiernos independentistas en los que el nacionalismo ha primado sobre la economía.

"Vota por el cambio y por la mejora de la economía", pidió Ma a los 17,32 millones de electores isleños.

Dos referendos sobre el ingreso de la isla en las Naciones Unidas acompañan estas elecciones, celebradas bajo la sombra de las protestas en Tíbet, que han servido al gobernante Partido Demócrata Progresista (PDP) para reactivar el patriotismo isleño y ridiculizar la propuesta opositora de un mercado común con China.

"La represión en Tíbet muestra que China no está dispuesta a renunciar al uso de la fuerza y que sus tratados de paz, como el firmado con Tíbet en 1951, no sirven para nada. Ahora le toca al Tíbet y el próximo objetivo militar puede ser Taiwán", dijo el presidente taiwanés, Chen Shui-bian, durante la campaña.

Las protestas tibetanas y la reacción china han caído del cielo para el candidato del PDP, Frank Hsieh, que ha basado su campaña en ataques al patriotismo de Ma y a sus políticas de acercamiento a China.

"El sentimiento nacionalista taiwanés y el estancamiento de la economía en los últimos años son los factores de mayor peso en estas elecciones y el resultado depende del poder relativo de estas dos fuerzas", dice el profesor Wu Ri-won, de la Universidad Fujen.

Los ocho años de presidencia del independentista Chen Shui-bian han reforzado la identidad taiwanesa frente a China y han consolidado una potente fuerza independentista, que consiste en un tercio del electorado y está muy pareja al seguimiento del opositor Partido Kuomintang, partidario de una futura unión con China.

"La convergencia de los dos candidatos hacia posturas moderadas muestra la importancia de los votantes no comprometidos", dice la economista isleña Isabel R.F. Liu.

Ma Ying-jeou, hijo de un político nacionalista chino venido a la isla en 1949, prometió mantener la actual situación de independencia de hecho y no negociar la unión con China, durante su mandato, ni declarar la independencia.

"China no tiene derecho a interferir en nuestros asuntos, sólo los 23 millones de ciudadanos de la República de China (Taiwán) tienen derecho a decidir su futuro", declaró Ma.

Hsieh también moderó la postura de su partido en contra del estrechamiento de lazos económicos y sociales con China, y prometió liberalizar el transporte, comercio e inversiones.

"Liberalizaré los lazos con China sin perder soberanía", dijo Hsieh, que aboga por "la reconciliación y coexistencia" con China y la oposición.

Gane quien gane, Taiwán pondrá fin a la postura nacionalista radical del actual presidente, Chen Shui-bian, lo que aliviará sin eliminarlas del todo las tensiones con Pekín, y reorientará el desarrollo económico isleño al integrarlo más con China.

Dos portaaviones estadounidenses vigilan desde aguas cercanas las elecciones taiwanesas, con el aparente objetivo de disuadir a China de emprender acciones militares, en una misión que el Pengágono califica de rutinaria.