Abogada de EE.UU. abandona al ex ministro boliviano Arce Gómez por la dificultad del caso

Miami (EE.UU.).-  El ex ministro boliviano Luis Arce Gómez, quien pretende evitar ser deportado a su país, se quedó hoy sin la abogada que le representa, después de que ésta presentase a la jueza encargada del caso en Miami una petición de renuncia "por falta de experiencia".

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(EFE)

La abogada reconoció a la jueza que no estaba "cualificada" para la defensa de un caso de esta "gravedad".

"Su abogada nos ha entregado una moción para retirarse del caso", dijo la jueza de inmigración Denise S. Slavin a Arce Gómez en la audiencia celebrada hoy en el centro de detención de inmigrantes de Krome de Miami (Florida).

Tras responder el ex ministro que no tenía ninguna objeción que manifestar, la magistrada aceptó la petición de Maribel A. Pizá, la abogada de oficio, de retirarse del caso.

Pizá reconoció a la jueza que no estaba "cualificada" para la defensa de un caso de esta "gravedad".

"No tengo de la familia (de Arce Gómez) el apoyo que necesito y es un caso difícil, que requiere mucho tiempo (...) y cubrir las costas al menos", explicó Pizá a Efe, al referirse a su retiro.

Arce Gómez, de 69 años y con la salud muy deteriorada, se encuentra actualmente bajo custodia de las autoridades de inmigración de Estados Unidos en el centro de detención de Krome, tras cumplir la mitad de la condena de los 30 años a los que fue condenado por narcotráfico.

Con el fin de evitar su deportación a Bolivia, el ex titular de Interior boliviano (1980-1981) decidió en febrero preparar una apelación a la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.

En declaraciones entonces a Efe, Arce Gómez indicó que temía por su vida si, finalmente, era deportado a Bolivia, porque no confiaba "ni en el Gobierno ni en la Justicia boliviana" y no había garantías de que recibiera en su país un trato justo.

Por su parte, la fiscalía expresó hoy a la jueza su descontento por el retraso que sufre el proceso de deportación de Arce Gómez, de quien, dijo, "busca deliberadamente quedarse aquí", y solicitó que éste "responda a los cargos que hay en su contra".

Sin embargo, Arce Gómez aseguró a Slavin que necesita más tiempo: en primer lugar, para buscar un nuevo letrado que se encargue de su defensa y, después, porque dijo estar "muy enfermo".

Los siguientes minutos los dedicó el ex ministro, que compareció encorvado y apoyándose en un bastón, a detallar a la jueza las numerosas dolencias y enfermedades que le aquejan.

Con el semblante visiblemente demacrado, explicó que padece cáncer de próstata y que, debido a una negligencia médica cometida en una operación a la que fue sometido, necesita un tratamiento médico de por vida.

"Me quemaron las próstata e intestinos y tengo complicaciones en las vías urinarias e inflamación de la vejiga", explicó, para a continuación señalar a la jueza que guardaba todos los expedientes médicos y que su deseo era facilitárselos tan pronto como fuera posible.

Slavin le otorgó mas tiempo para que pudiera conseguir una abogado, pero le recordó que "lleva mucho tiempo" en el centro de detención y que, por tanto, "muy pronto" iba a pedirle que "contestara a los cargos" en su contra.

Asimismo, la magistrada le hizo entrega de un impreso para que lo cumplimentase y pudiese apelar a la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.

Tras cumplir en la cárcel federal de Coleman, en Tampa (Florida), la mitad de su condena, Arce Gómez afronta ahora un proceso de deportación a Bolivia, donde fue condenado en ausencia en 1993, también a 30 años de prisión, por delitos de lesa humanidad cometidos durante el golpe militar de Luis García Meza en 1980.

Tras el golpe de Estado, dirigido por García Meza, Arce Gómez fue nombrado ministro del Interior y se convirtió en el hombre fuerte del régimen.