El 'fontanero mayor' de Zapatero se perfila como ministro de la Presidencia

José Enrique Serrano, jefe de Gabinete de Presidencia, se convierte en el héroe de los fontaneros políticos al lograr el puesto que todo estratega ambiciona en secreto. Se revela como puntal del nuevo gobierno en detrimento de Fernández de la Vega al quedarse con una de sus carteras.

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Jordi Sevilla, a la izquierda, con José Enrique Serrano.

El superviviente por excelencia por fín ve publicamente recompensados sus años en la sombra. Esa ingrata labor de fontanero, que ya desempeñó con Felipe González, y que volvió a realizar con solvente profesionalidad con Zapatero durante la última legislatura al frente del Gabinete de la Presidencia, obtiene premio, y gordo. Él ha sido el cancerbero oficial de las llaves de la Moncloa. Cuando Felipe cedió el testigo a Aznar, Serrano entregó las llaves a Carlos Aragonés, su alter ego en el PP, y este se las devolvió ocho años después, al regresar al lado del Presidente.

Su hada madrina está a punto de aparecérsele con cartera doble: Presidencia y Administraciones Públicas. Toda una lección para quienes no creen en los cuentos de hadas. Las vacaciones en Doñana de Zapatero, viendo jarrear tras los cristales, ya están dando frutos. Con cuentagotas, los fieles del presidente comienzan a revelar sus decisiones. Y está es sin duda una de las más jaleadas por los fontaneros de cualquier partido. Que sienten que al menos uno de los suyos sale a la luz por la puerta grande.

Aunque en los círculos de poder y dentro de los partidos se mira con veneración a quienes gestan las ideas y escriben los discursos, los llamados fontaneros sufren en silencio la opacidad de su labor diaria. No en pocas ocasiones se quejan de lo injusto que resulta escuchar cómo los aplausos arrancados por sus palabras, están dirigidos a otros. Al principio, es un honor saberse ideólogo, pero cuando pasa el tiempo y el presidente comenta en entrevistas cómo el solito se guisa y se come sus decisiones, se produce un ataque de bilis. Que los flashes y los micrófonos apunten siempre a los políticos más públicos aunque 'no tengan nada interesante que decir', reflexiona un fontanero, 'y en cambio yo resulte transparente para quienes están ávidos de noticias, quema a veces'.

El abogado José Enrique Serrano se inició políticamente como director general de Personal del Ministerio de Defensa del 87 al 91 cuando Narcis Serra era ministro, para pasar después a formar parte de su equipo de asesores como secretario general de la Vicepresidencia del Gobierno. Durante la cuarta legislatura de Gonzalez, desde 1993 hasta 1996, se sentó a la derecha del padre en la Moncloa. Serrano estuvo ahí, al lado del presidente, durante la etapa de corrupción que tanto minó la imagen de Gonzalez. Su papel de fontanero provocó que su nombre se viera salpicado por algunos de los asuntos más turbios aunque mantuvo el tipo con dignidad.

Atractivo y con ese aura de misterio que acompaña a quienes se mueven en terrenos pantanosos, hay que escudriñar con interés la corte que sigue a Zapatero en sus comparecencias más importantes, hasta toparse con sus ojos azules y su madurez.. Un futuro ministro al que le sobran tablas y secretos.