Nubarrones sobre el presidente de la FIA antes del Gran Premio de Bahrein

BARCELONA.-  El Gran Premio de Bahrein no podía empezar peor. Max Mosley, presidente de la FIA, ha sido "cazado" en una orgía de estética sadomasoquista-nazi por el diario sensacionalista británico News of the World. El inglés, hijo de Oswald Mosley, principal líder nazi británico y declarado peor británico del siglo XX, ha movilizado a sus abogados para defenderse de esta intromisión a la intimidad, aunque no ha negado los hechos. El mundo de la F-1 empieza a pedir la cabeza de Mosley, cuyo cargo podrían ocupar Marco Piccinini o Jean Todt. La FIA mantiene silencio al respecto.

Max Mosley, presidente de la FIA.

La misma semana en que nos dejó Jean-Marie Balestre, presidente de la FIA entre 1979 y 1991, la prensa británica podría poner fin al mandato de su sucesor en el cargo. La razón hay que buscarla en el polémico vídeo desvelado por News of The World, que muestra a Mosley en una orgía sadomasoquista junto a cinco prostitutas mostrando actitudes nazis. El presidente británico llega, de hecho, a vestir el uniforme de las SS mientras azota a una de las mujeres vestida con indumentaria similar a la utilizada por los nazis en los campos de concentración y espeta palabras en alemán.

Las reacciones a la noticia no se han hecho esperar. Karen Pollock, de la fundación para el Estudio del Holocausto, pide la dimisión del británico: "Es la actitud de un enfermo y depravado. No es digno de alguien en su posición". Stephen Smith, del Holocaust Centre, añade: "Mosley ha condenado el racismo en el deporte y está visto que no sigue lo que él mismo proclama. Su actitud es un insulto a millones de víctimas, supervivientes y sus familiares. Debería pedir disculpas y dimitir". Stirling Moss, cuatro veces subcampeón del mundo de F-1 e hijo de padre judío, no se moja, aunque de sus palabras podemos sacar una rápida deducción: "Max ha demostrado ser excelente en su cargo, y es cierto que lo que cada uno haga puertas adentro no nos incumbe a nadie más, pero cuando se destapa algo así... es chocante". Bernie Ecclestone, gurú de la F-1 actual y socio de Mosley en multitud de negocios, tampoco se compromete: "Lo que cada cual haga en su vida privada no nos compete. En todo caso, no creo que su actitud afecte a la F-1. Hay que tomarlo como un chiste".

Oswald Mosley, fundador de la British Union of Fascists y líder de los 'camisas negras' británicos en los años treinta.

La actitud de Mosley entronca con su ferviente defensa de Hamilton en los deplorables ataques sufridos por el piloto inglés (catalogados como "racistas" por la FIA y la prensa de las Islas) durante una sesión de entrenamientos de pretemporada celebrada en Montmeló el pasado mes de diciembre. En ese momento, media Inglaterra se ensañó con la afición española y la FIA reaccionó anunciando una nueva campaña antirracista que arrancaría en el Gran Premio de España.

Mientras la FIA guarda silencio y los abogados de Mosley tratan de salvar su honor, media F-1 empieza a cavilar el nombre de su sucesor en la presidencia del ente. La mayoría de las quinielas las lidera Jean Todt, que dimitió la pasada semana como consejero delegado de Ferrari. Detrás del francés se apunta a Marco Piccinini, director deportivo de Ferrari hasta 1978, y miembro de la FIA desde 1998. Y para no perder su longeva influencia, los 'think tanks' británicos apuntan a David Richards, dueño del emporio británico Prodrive, como aspirante al cargo. Este fin de semana, más detalles.