Las posturas de CiU y PNV indican que habrá una segunda votación que no preocupa a Zapatero

Madrid.-  Las posturas de CiU y PNV en espera de las últimas negociaciones con el PSOE hacen prever que habrá una segunda votación para la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero, a lo que éste ha restado importancia porque para él lo fundamental es la fidelidad al programa socialista y a la capacidad de diálogo.

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(EFE)

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la rueda de prensa que ha ofrecido en Bucarest, donde participa en la cumbre de la Alianza Atlántica.

El Rey ha proseguido hoy su ronda de consultas con los portavoces de los partidos que han obtenido representación parlamentaria y se ha reunido con Josu Erkoreka (PNV), Josep Antoni Duran Lleida (CiU), Joan Ridao (ERC) y Francisco Jorquera (BNG).

De todos ellos, sólo ERC ha aclarado la postura que mantendrá en la sesión del próximo martes al asegurar que no dará su respaldo a Zapatero, si bien no ha descartado acuerdos puntuales con los socialistas en el transcurso de la legislatura.

Mientras el BNG está dispuesto a apoyar a Zapatero si consigue compromisos concretos, el PNV prefiere esperar a la reunión de mañana con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, y CiU al debate del día 8 de abril.

Todo indica, como ya lo han reconocido los propios socialistas, que Zapatero se convertirá en presidente en una segunda votación, ya que en la primera no lograría la mayoría absoluta necesaria.

Precisamente, Zapatero, desde Bucarest donde asiste a la Cumbre de la OTAN, ha restado importancia a su investidura en primera o segunda vuelta porque afirma que lo fundamental es la fidelidad a los principios y al programa socialista y la capacidad de diálogo, que se mantendrá tanto con los grupos que le apoyen como con los que se abstengan.

"Mi deseo es salir elegido en la investidura y voy a tener con seguridad el apoyo del grupo socialista, un apoyo amplio, el apoyo de más de once millones de ciudadanos", ha reiterado, convencido de que en la tarea de Gobierno y en la estabilidad del Ejecutivo puede ser útil tanto la primera como la segunda vuelta.

El futuro portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, no ha desvelado su postura en espera de su reunión con Blanco, si bien ha opinado que este encuentro no será suficiente para "tomarnos la temperatura".

"Si fuera posible no tendríamos inconveniente en votar a favor", aunque ese apoyo está condicionado a los acuerdos que se alcancen con el PSOE, ha agregado Erkoreka, quien ha indicado que si a Zapatero no le importa ser investido en segunda votación "a mí, como comprenderán, tampoco".

Por su parte, Durán Lleida se ha remitido al pleno de investidura para escuchar las propuestas de Zapatero antes de darle su apoyo, pero ha aprovechado su reunión con el Rey para plantear cuatro "grandes pactos de la Moncloa bis" en materia de inmigración, educación, bienestar social y ley electoral.

Más claro ha sido el portavoz de ERC, Joan Ridao, quien ha descartado respaldar la investidura después del "bienio negro" de la última legislatura, aunque está dispuesto a hacer "tabla rasa" con el PSOE y, puntualmente, apoyar alguna iniciativa que beneficie a Cataluña o al interés general.

Ridao ha recordado el balance "agridulce" de la pasada legislatura para los republicanos catalanes, con un primer "bienio progresista" del que ERC se siente muy satisfecha y un segundo "bienio negro", marcado por las diferencias con la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña y las "promesas incumplidas" del PSOE.

Por eso, y dado el precedente de esos dos últimos años, ERC no dará "en ningún caso" su voto afirmativo en la investidura de Zapatero.

El BNG, por su parte, según su portavoz Francisco Jorquera, está dispuesto a ofrecer su apoyo a Zapatero siempre y cuando consiga compromisos concretos del PSOE para resolver temas que preocupan a los nacionalistas gallegos.

En principio, se abstendrían en la votación del nuevo presidente, pero no descartan que su posición pueda modificarse y traducirse en un voto afirmativo si, de aquí al inicio de la sesión de investidura, hubiese compromisos tangibles del PSOE para acercarse a sus posturas.

Mientras se producían estos contactos, ERC, IU e ICV lograban, con el apoyo temporal del BNG, reunir los requisitos necesarios para constituirse en grupo parlamentario y salir del mixto.