Bahrein, la puerta hacia el futuro en la F1

BARCELONA.-  Puede parecer impropio de un Gran premio de Fórmula 1, pero el gran enemigo de los 22 monoplazas que este domingo tomarán parte en el GP de Bahrein de Fórmula 1 será la arena del desierto. Por lo demás, la carrera de este fin de semana traerá mucho calor, unos reglajes que recuerdan a Melbourne y apuntes nostálgicos que humedecerán los ojos a los que, como el que escribe, admiramos con fervor a Pedro Martínez de la Rosa.

Decía el diseñador de circuitos Jaume Nogué, autor, entre otros, del trazado de Montmeló, que "Sakhir es como el circuito de Albacete visto a contraluz". Y tiene toda la razón. Bahrein combina fuertes frenadas con horquillas y curvas de radios extraños, como corresponde en todo diseño del alemán Hermann Tilke.

Las configuraciones del monoplaza en la pista retoman conceptos ya vistos en Melbourne. Sakhir obliga a buscar la mayor estabilidad en frenada (para lo que se requieren cargas aerodinámicas elevadas), buena tracción en la salida de los virajes y la mejor velocidad punta en las dos largas rectas de meta y contrameta. En otras palabras: la combinación ideal para Ferrari y McLaren, y la peor para Renault.

Alerones al margen, Bahrein supone la segunda reválida técnica en materia de motores, especialmente para aquellos (como Massa) que conserven la mecánica utilizada en Malasia. El calor es un elemento indisoluble al circuito de Sakhir y a ello hay que sumar un peligroso enemigo: el polvo y la arena del desierto, que se cuela en los radiadores, los obstruye y, en consecuencia, eleva el riesgo de sobrecalentamiento mecánico.

La historia del circuito de Bahrein traerá muy buenos recuerdos a los amantes del motor en España. Fernando Alonso es el piloto que más veces ha ganado aquí (2005 y 2006), por una victoria de Michael Schumacher (2004) y otra de Felipe Massa (2007). Sin embargo, más allá de triunfos, todos recordamos con nostalgia el gran debut de Pedro Martínez de la Rosa con McLaren-Mercedes. El barcelonés, sustituto provisional de Juan Pablo Montoya, que se rompió la clavícula jugando al tenis con una moto de cuatro tiempos, empezó el fin de semana batiendo a su compañero, Kimi Räikkönen, en los entrenamientos oficiales. Al día siguiente firmó una remontada de órdago (ver vídeo incrustado) hasta auparse al quinto puesto final.

Bahrein también abrió las puertas de la Fórmula 1 a la región de Oriente Medio y aquí se jugará, en gran medida, el futuro de la especialidad. Ahora es sólo Bahrein, pero, como advertía David Richards, propietario de Prodrive (la marca que gestiona los Subaru en el mundial de rallies y los Aston Martin en Le Mans) en 2009 llegará Abu Dhabi y, quizá, en 2010 Qatar.

La región del golfo pérsico contará, desde 2009, con seis circuitos del más alto nivel y, lo que es mejor a ojos de Bernie Ecclestone: petrodólares a mansalva para organizar grandes premios casi "privados" (el trazado de Bahrein tiene una capacidad máxima de 50.000 espectadores, por los 150.000 de Montmeló). Una pena para el espectador, pero como dijo una vez Frank Williams: "La Fórmula 1 sólo es deporte un par de días cada dos semanas. El resto es todo negocio".