Jay-Z y Live Nation, la punta del iceberg de la nueva industria musical

El multimillonario contrato que el afamado rapero Jay-Z ha firmado con la gigantesca promotora Live Nation se ha convertido en la señal más reciente de que algo está cambiando en el mundo de la industria musical.

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Live Nation obtendrá los derechos de explotación de Jay-Z.

Jay-Z sigue así los pasos de otras dos grandes estrellas, Madonna y U2, que ya han firmado otros acuerdos de similares dimensiones con la compañía. El contrato incluye la financiación por parte de la empresa de los proyectos del rapero, los beneficios obtenidos de sus trabajos discográficos y de las giras que haga durante los próximos diez años. Es decir, que por los 150 millones de dólares que le han ofrecido, Live Nation controlará por completo la carrera del artista.

Live Nation quizá sea la empresa que mejor represente los nuevos aires en una decadente industria musical. Su estrategia consiste en poner en marcha un nuevo y ambicioso modelo de gestión que desarrolle una integración vertical de control de todos los ámbitos que puedan generar beneficios. Aunque la promotora empezó sólo organizando conciertos, sus últimos pasos han ido encaminados a competir con las grandes discográficas y a abarcar la distribución, la venta de entradas y, sobre todo, la explotación de la imagen de los cantantes a través de merchandising. Todo ello, dándole un gran protagonismo a la red.

El impulsor de esta filosofía es el director ejecutivo de Live Nation, Michael Rapino, un hombre que ya se considera "el peor enemigo de los sellos discográficos". Sólo promocionando conciertos ya ha demostrado que sabe lo que hace: la empresa obtuvo el año pasado más de 4.400 millones de dólares de beneficio. En un artículo publicado en la CNN sobre la compañía, Rapino deja clara cuál es su postura frente a la crisis discográfica: para tener éxito, una empresa tiene que tener presencia en todas partes.

El declive de la venta de discos

Las ventas de discos han disminuido casi en un tercio desde el año 2000. El propio Jay-Z ha experimentado en sus carnes el declive con su último disco que ha vendido dos millones de copias menos que su trabajo anterior. Sin embargo, estos datos que tantas ampollas levantan en las discográficas no son mal recibidos por Rapini, quien, según la CNN, se conforma con la mitad del 16% de beneficios con que suelen quedarse los sellos. Lo demás, iría directo a la cuenta corriente de los artistas.

La propuesta a las estrellas (porque el modelo de Rapini de momento se dirige sólo a estrellas) consiste en ofertarles, además de esta suculenta tajada, una especie de servicio "todo en uno". Y, en plena crisis de las grandes discográficas, a los artistas parece convenirles.

Sin embargo, las millonarias inversiones en contratos con estrellas todavía despiertan dudas en los inversores y entre los sectores críticos con la empresa. Se trata de una apuesta arriesgada, pero Rapino no tiene miedo y está seguro de que el viejo modelo tiene los días contados. El multi servicio se impone. "No es la industria musical la que está en crisis, sino la venta de discos", sentencia Rapini. Adaptarse o morir.

Las nuevas plataformas digitales, protagonistas del cambio

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iTunes se ha convertido en la mayor tienda de música de Estados Unidos.

Justo hoy han saltado a la luz otras dos noticias que confirman la profunda metamorfosis que internet ha provocado en la industria musical, obligada a renovarse a rebufo de las nuevas tecnologías. Esta vez ha sido Myspace que, no contenta con ser la mayor red social del mundo, se ha embarcado en la aventura discográfica y ha lanzado una plataforma musical junto a tres de las más grandes discográficas: Universal Music Group, Sony BMG y Warner Music Group.

Además, iTunes, el portal de venta de música de Apple, se ha convertido en la tienda líder en Estados Unidos por encima de los grandes almacenes Wal-Mart. iTubes tiene 50 millones de usuarios, ha vendido 4.000 millones de canciones y gestiona el mayor catálogo musical del mundo