Miles de colombianos marchan por la libertad de Betancourt y los demás secuestrados

Bogotá.-  Miles de colombianos ocuparon hoy calles y plazas de decenas de ciudades y pueblos en marchas por la vida, convocadas por organizaciones civiles para exigir la libertad de los secuestrados, en especial de los que están en manos de la guerrilla de las FARC.

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(EFE)

Colombia ha vivido jornadas similares y un concierto por la paz, en los últimos dos meses, como el 6 de febrero y los días 4 y 16 de marzo pasados, en demostraciones de rechazo a la violencia, al secuestro, a los grupos armados.

Las manifestaciones se desarrollaron en total calma, según las autoridades y los organizadores, miembros de la Red de Iniciativas por la Paz y Contra la Guerra (Redepaz).

El llamamiento ciudadano se centró en buena parte en la exigencia a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que sea liberada la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt y los más de 700 secuestrados en su poder, entre ellos 40 que aspira a canjear por rebeldes presos.

La marcha coincide con la movilización internacional que se generó esta semana, promovida por Francia, con el apoyo de Suiza y España, para que las FARC permitan la asistencia médica a Betancourt, cautiva desde el 23 de febrero de 2002, y de quien se afirma que está gravemente enferma.

La organización privada País Libre, que trabaja por la libertad de los secuestrados y brinda asistencia a los familiares y liberados, calcula que en Colombia hay más de 2.800 personas en poder de grupos rebeldes, principalmente de las FARC.

"No es posible permitir que cientos de secuestrados mueran poco a poco en medio de la selva. Es hora de anteponer la vida a cualquier otra cosa", declaró Olga Gómez, directora de País Libre.

La mayoría de los manifestantes desfiló con gorras y camisetas blancas, muchas con leyendas alusivas a la jornada, y en varios lugares la lluvia no disminuyó el clamor por los cautivos.

En Bogotá, la marcha principal fue encabezada por Ana Teresa Bernal, directora de Redepaz; Clara López Obregón, alcaldesa encargada de la capital, y por el ex senador Jorge Eduardo Gechem uno de los últimos liberados unilateralmente por las FARC.

También participó Clara Rojas, ex compañera de fórmula de Betancourt en las presidenciales de 2002 y quien fue liberada el pasado 10 de enero por las FARC, cinco años y once meses después de haber sido secuestrada.

Igualmente, se sumaron el ex ministro de Protección y ex gobernador del Valle del Cauca, Angelino Garzón, y los senadores Jesús Piñacué, Gustavo Petro y Cecilia López, así como otros políticos.

Al llamado de Redepaz, también se unieron decenas de organizaciones civiles que claman también por la reconciliación, y asociaciones de familiares de secuestrados, de soldados y de policías en cautiverio.

Según señalaron a Efe portavoces de algunas de esas organizaciones, la jornada busca "ejercer presión por un acuerdo humanitario" por los rehenes.

La céntrica Plaza de Bolívar fue el punto de confluencia de las marchas en la capital colombiana y allí, pese a la lluvia, la gente escuchó proclamas y cánticos contra la guerra.

En manifestaciones similares en varias ciudades, miles de estudiantes, dirigentes sindicales, jubilados, amas de casa, líderes de organizaciones de víctimas de los paramilitares, familiares de los secuestrados, e incluso ex rehenes, desfilaron en la marcha "por la vida y la libertad".

Tampoco faltaron delegaciones de distintas iglesias y cultos religiosos, de personas que ondeaban banderas en las que se leían salmos, y algunos pastores, con megáfono, pedían, asimismo, por los rehenes.

En la fachada de la Alcaldía Mayor de Bogotá, en las escalinatas de la Catedral Primada, en las columnas de la sede del Congreso y frente al Palacio de Justicia, los cuatro costados de la Plaza de Bolívar de Bogotá, fueron desplegadas pancartas con decenas de fotografías de rehenes y con leyendas en las se pedía por la libertad y por la vida.

Frente al Capitolio Nacional, sede del Congreso, al que perteneció, se colgó una fotografía de la ex candidata presidencial en la que se señalaba abajo: "Salvemos a Íngrid Betancourt".

La imagen de la política también aparecía en miles de las camisetas de los manifestantes, tanto en Colombia como en otras ciudades del mundo en marchas simultáneas y para quienes Betancourt se ha convertido en símbolo de los secuestrados colombianos.