No te conviertas en mujer florero

Ya sabemos que esta temporada se llevan las flores… aunque quizás la influencia de La casa de la pradera está empezando a resultar ciertamente abrumadora. En efecto, están muy 'in' los vestidos copiosamente estampados con flores y tejidos vaporosos. Prada, Stella MacCartney, Cavalli y sobre todo Balenciaga son algunos de los valedores del floripondio y las grandes revistas se hacen eco de ello cada vez que repasan las tendencias de la temporada. Pero, ¿se puede una adaptar a la tendencia sin parecer una prima de Laura Ingalls?

La respuesta es sí, y de una manera muy sencilla: simplemente, no utilizando las flores como estampado sino de forma individual. Así nos ahorramos el look de sencilla campesina del medio oeste americano, y simplemente aportamos un detalle primaveral y sofisticado.

Podemos comenzar con un broche en la solapa y sin necesidad de llegar al derroche floral de Sarah Jessica Parker en las imágenes del film de Sexo en Nueva York. Basta con que la flor sea visible pero discreta, como en este original ejemplar de inspiración oriental de Matildamatilda. Un clásico: la camelia de Chanel, un elegante y carísimo capricho en tweed del cual se pueden encontrar imitaciones en casi cualquier tienda de accesorios.

Los zapatos también pueden estar decorados con flores sin resultar horteras; como muestra, unas sandalias -quizás algo infantiles por su mini cuña- de Marc Jacobs, taconazos de Vuiton adornados con florecillas o estas originales manoletinas, de nuevo de Matildamatilda, súper barrocas y bastante arriesgadas. Y cómo no, los bolsos son otro accesorio que también podemos florear a placer y lucirlos con elegancia. Gucci, que florea alguno de sus clásicos y Prada estampa bolsos y carteras de mano con esos jardinas de ninfas que propone para esta primavera. Y los hay más asequibles, claro. De inspiración pop, te proponemos una gran shopping bag que bien podría incluso valer para ir a la playa de Tepper Jackson. Otra opción más vintage es este bolso de tela con asas redondas de mimbre de FCUK, que rezuma verano por los cuatro costados.

No nos olvidemos de las joyas con forma de flor, que seguro que conservas de otras temporadas. Dos clásicos, uno de súper lujo y otro mucho más popular: los anillos de Dior Joallerie, con sus inalcanzables jardines floridos hechos con piedras preciosas, y los de Swatch Bijoux, en frío y sobrio acero con las flores grabadas en él. Un ejemplo de collar que podría ser must lo encontramos en Top Shop, con esta pieza compuesta por tres grandes flores moradas unidas por pequeñas cuentas, todo en madera, ideal para los looks más veraniegos. Sin parecer una friki de la floristería, también es interesante recurrir a los adornos para el pelo florales como una diadema, horquillas o una simple peineta como ésta de Evita Peroni. Cuanta menos tela, más flores podemos estampar en una prenda, de manera que la ropa interior puede ser de lo más floreada - por supuesto también los biquinis y trajes de baño, pero esto nunca ha dejado de ser tendencia-. Este conjunto floral de Intimissimi, cuyo estampado en rosa palo sería irremediablemente cursi en un vestido o un top, pero aquí queda estupendo.

No podemos evitar acodarnos de nuevo de Marc Jacobs, que ha llamado a una de sus últimas fragancias femeninas Daisy (margarita), y que resume el espíritu floral más joven y moderno en un solo frasco. La cosmética se sirve mucho de las flores, ya sea de las de verdad para sus fórmulas, como para su imagen e inspiración, como la línea de belleza de Paul & Joe, con un packaging de lo más floral.

Por último, si no puedes renunciar esta temporada a una prenda de estampado floral, te recomendamos una alternativa: que las flores no estén en toda la pieza sino en pequeños detalles (en las solapas, en las mangas) como en el vestido Sienna de Kling. Así, rompes el efecto casa de la pradera con una buena cantidad de tela lisa.

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.