De liberales y socialdemócratas. ¿Y tú de quién eres? (II)

Aguirre ha destapado el debate ideológico en el seno del Partido Popular. Mientras la presidenta de la Comunidad de Madrid aboga por posiciones liberales, Rajoy ha abierto la puerta del partido a las sensibilidades más afines a la socialdemocracia. Pero, ¿están tan alejados liberalismo y socialdemocracia?

"Hoy, en la perspectiva del mundo occidental, los movimientos políticos más en pie son el liberalismo y las versiones atenuadas del socialismo, a las que conocemos como social-democráticas y, más conservadoramente, social-liberales", como explicaba Vidal-Beneyto en un texto. En una articulación estricta, ambas tendencias se excluyen mutuamente. Por ejemplo, la fundación FAES, de corte liberal e inspiradora de buena parte de los derroteros ideológicos 'populares', asegura en su presentación que su propósito es "crear, promover y difundir ideas basadas en la libertad política, intelectual y económica. Ideas capaces de ofrecer alternativas políticas y de pensamiento diferentes a las del socialismo".

Conviene recordar que, por un lado, los liberales económicos defienden una intervención mínima del Estado y el mercado como mecanismo regulador de las relaciones sociales y económicas. La socialdemocracia, mientras, apuesta por un fuerte control del mercado por parte del Estado y por la potenciación de los servicios asistenciales y de los elementos económicos, en lo que se refiere a una reducción de las privatizaciones.

Desde esta perspectiva, José Ignacio Cases, vicedecano de Políticas en la Universidad Carlos III, cree que debe haber más bien pocos socialdemócratas en el seno del Partido Popular. "Alguno habrá, pero lo cierto es que la ideología socialdemócrata tiene su encaje natural en el ideario del Partido Socialista". Sin embargo, continúa el profesor, "las etiquetas del siglo XIX y principios del XX ya no sirven". "Hay bastante confluencia entre las políticas sociales de ambos partidos", añade. Una postura parecida, en este sentido, ofrece Andrés de Francisco, profesor en la Complutense y autor de 'Ciudadanía y democracia. Un enfoque republicano'. Según este profesor, "los grandes partidos tienen mayores convergencias ideológicas de lo que parece".

¿Cómo se digiere todo este cóctel? En primer lugar, en el debate que han aireado Aguirre y Rajoy es preferible no leer los términos "socialdemocracia" y "liberalismo" en un sentido puro, estricto y literal. Resultaría, entonces, demasiado probable perderse entre las declaraciones y las decisiones que, en materia económica, toman los partidos políticos en España:

(EFE)

Miguel Sebastián.

• ¿Alguien recuerda la aparición de Rajoy en el programa de Buenafuente, donde declaraba haber defendido principios socialistas, al contrario de lo que había hecho Zapatero? ¿El mundo al revés?
• ¿O alguien recuerda a Miguel Sebastián, el nuevo ministro de Industria, en una universidad de verano en 2006, afirmando que el PSOE representa el liberalismo económico?
• ¿O acaso alguien advirtió en los debates electorales entre Rajoy y Zapatero cómo el líder del Partido Popular utilizaba como modelo las políticas sociales del Gobierno de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid (tanto en el primer como en el segundo debate)?

Todas estas manifestaciones, en apariencia contradictorias, ¿qué lectura ofrecen? La primera interpretación, más benévola, nos lleva a pensar que las ideologías antes referidas han perdido su rigidez y que ahora aceptan la convivencia de elementos a priori contrapuestos. Así, algún sector del Partido Popular se ha manifestado en favor de un liberalismo integrador e igualitario, como se aprecia en el artículo, titulado "Liberalismo antipático", que escribe el diputado 'popular' José María Lassalle en 'El País'. "Quienes defendemos el liberalismo dentro del Partido Popular debemos ser conscientes de que el ejercicio de la libertad ya no sólo debe operar en un sentido negativo y anti-estatista, sino también de una forma positiva, proyectando una dinámica incluyente e igualitaria que anteponga la independencia de la persona frente a las intromisiones de aquellos que practican la arbitrariedad, la intolerancia, la intransigencia y la ortodoxia, vengan de donde vengan", asegura Lassalle.

En el lado socialista también se plantean, de vez en cuando, algunas posturas más integradoras. Por ejemplo, en el caso del social-liberalismo, en el que "se da bastante protagonismo a las fuerzas del mercado, se minimiza el Estado, y el Estado asistencial se reduce a un elemento de amortiguación", según lo define Andrés de Francisco.

(EFE)

Camps y Aguirre.

La segunda interpretación entiende los guiños de Rajoy al socialismo o las declaraciones de Sebastián sobre el liberalismo como un afán de atrapar votantes. Es la visión de José Ignacio Cases, para quien "los partidos ya no se articulan en torno a las ideologías, si no que ahora todos ellos son partidos de centro que podrían denominarse atrápalotodo". Entonces, ¿qué es lo que separa al PP y al PSOE? "Hoy por hoy son dos partidos iguales que únicamente aspiran al poder y que se diferencian en que tienen dos líderes diferentes. Y ambos implementan políticas sociales en la medida en que les reportan votos", asegura Cases.

"La política moderna consiste en ir esquilmando nichos de mercado, y eso lo ha hecho mejor Zapatero", según Cases. Josep Ramoneda ofrece un punto de vista similar: "La derecha está regalando a la izquierda, por la presión de lo religioso, la liberalización de las costumbres y la ampliación de los derechos civiles, dos elementos muy propios del patrimonio liberal. Cazar este botín ha sido la principal aportación de Zapatero a la renovación de la izquierda".

¿Se ha abierto, pues, el debate ideológico? "Los partidos del siglo XXI son partidos de liderazgo", dice José Ignacio Cases, de modo que "el combate de Esperanza Aguirre persigue hacerse con el liderazgo". ¿No es una forma algo desencantada de observar la política? "La política no busca encantamiento. La política busca sumar más votos que el contrario. Y siendo escéptico y desencantando, es la única forma de entender la política", concluye Cases.

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